Dicen que la obesidad se ha convertido en el principal problema de salud pública mundial, a la altura del hambre, aunque con connotaciones diametralmente opuestas. Tres millones de personas mueren al año por complicaciones relacionadas con el sobrepeso, mayoritariamente provocadas por malos hábitos de vida: alimentación, sedentarismo, estrés, ansiedad... Terrible balance el de la gula, el de la dieta basura y el del "fast food", superpotenciados por todo el aparato de mercadotecnia que llevan aparejado.
Hay además en esta forma de entenderse con el mundo (la alimentación no deja de ser una forma más de relación con el entorno y con los demás) un efecto multiplicador en la fórmula que ha mejorado la simple comida basura: la comida basura + coche. Esta forma de consumir comida ha sido popularmente comercializada por los norteamericanos del norte, oficialmente conocidos como estadounidenses, responsables de muchos de los hábitos que los occidentalitos de a pie hemos ido adquiriendo a través de su persuasiva exposición en sus potentísimos aparatos mediáticos.
El protocolo conocido como "drive thru" (conducir a través), consistente en acudir al expendedor de comida basura sin desmontar del coche, relacionarse con un interfono y pasar a recoger tu dosis en una ventanilla, se ha popularizado a través de películas, anuncios y otros sucedáneos de realidad virtual y se ha ido implantando en forma de exitosísimas franquicias por toda la geografía mundial civilizada, por llamarlo de alguna manera.
La máxima expresión de sedentarismo, consumismo, malos hábitos de nutrición y autodependencia se recoge en estos centros donde prácticamente sólo se puede acceder en coche y que, en el colmo de los colmos, incluso cuentan con un carril ex proceso para realizar la citada operación. ¡Un carril coche en medio de un universo coche!
Son estos centros las auténticas catedrales que consagran esta simbiosis fatal, que se ha convertido en uno de los lastres más pesados y preocupantes de nuestra sociedad. Compararlo con el hambre es obsceno, como obsceno es seguir potenciando esta forma de consumo, de movilidad y de postración de la población.
Me es muy difícil recordar qué estudio era, pero claramente demostraba que el exceso de peso y la obesidad no son tanto culpa de la mala alimentación, como de la falta de movimiento a la que nos llevan el coche, el ascensor, la tele, etc.
ResponderEliminarPor supuesto que la comida basura hace su parte, pero ir andando a los sitios, o en bici, y llevar una vida activa son factores más importantes. Nuestras madres subían al centro andando todos los días un par de veces a hacer la compra, nuestros abuelos iban en bici a trabajar. Tenemos que volver a vivir la ciudad de cerca y no dentro de un coche. Estos primeros días soleados está preciosa.
pues aqui tienes el jackpot!
ResponderEliminarhttp://www.larazon.es/noticia/6848-la-modelo-sexy-vende-mas-hamburguesas-que-nadie