lunes, 25 de junio de 2012

Duelo en el carril bici

Llevábamos apenas un par de días intentando desconectar de las rutinas obsesivas, de las penurias cotidianas, de las miserias colectivas, del hartazgo de la temporada, de la tensión del curso, por estas tierras siempre reconstituyentes de Soria cuando, paseando por las tranquilas calles de la capital, descansando de una jornada de sol y pedales, hemos advertido unas señales en el suelo.

Unas chapas circulares colocadas secuenciadamente con algo grabado en su superficie.

Acercándonos un poco más, nos dimos cuenta de que no eran sino señales del destino, de un destino que estaba escrito, grabado y al que no podíamos escapar.

Siguiéndolas nos llevaron hasta un abrevadero de caballos metálicos. Estábamos en el camino.


Un poco más allá, en dirección al río, descubrimos otras marcas en la calle. Verdes, indescifrables, debían ser símbolos sólo comprensibles por los lugareños.

Las seguimos y nos topamos con un individuo armado que, a pie de calle, parecía apostado esperando cazar a alguna víctima desprevenida. Le preguntamos:

- ¿Qué son esas marcas?
- ¡Un carril bici!
- ¿Y tú qué haces aquí?
- Esperando a que caiga alguien, porque lo que han hecho aquí no tiene nombre.

Nuestra Señora de Calatañazor, rezaba el cartel de la calle donde se había preparado el desaguisado. Una calle de doble sentido donde ni siquiera cabían dos coches, habían decidido que era el lugar más apropiado para perpetrar este experimento inaudito.

Esperamos unos minutos, hasta que el forajido nos propuso:

- Si no os importa ¿no podíais hacerme el favor...?

Y caímos, como Felipón. Y ahí estuvimos, como Miguelón, lidiando en el asfalto, que más parecía que se trataba de un duelo al sol, a juzgar por las miradas de los conductores que, afrentados por nuestra presencia de figurantes, parecían retarnos, por los bocinazos y por los disparos, que de todo hubo. De todo, para demostrar que no hay sitio suficiente para bicis y coches a este lado del Duero.

Al día siguiente, la prensa local se hizo eco del suceso... como no podía ser de otra manera.

3 comentarios:

  1. http://www.noticiasdenavarra.com/2012/06/24/opinion/la-opinion-del-lector/mensajes-del-lector/como-ovejas-entre-lobos

    Como ovejas entre lobos
    Llevo 30 años utilizando la bicicleta como medio de transporte urbano.

    Ni uno más.

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  2. Que peligro,estos ediles que hacen un viaje, ven cosas que no entienden, pero parece que tienen tiron, y estan de moda... y ale ,lo tratan de poner en su ciudad..... con mejor intencion que acierto....y suceden estas cosas...el titulo lo dice todo .....life Co2 cero,,,,,

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