El Área de Movilidad del Ayuntamiento de Pamplona ha presentado su flamante plan para hacer de esta ciudad un nuevo epicentro de la cosa ciclista, para bien o para mal y caiga quien caiga. En resumen,
se trata de hacer unos cuantos carriles bici segregados en las principales avenidas, pero se viste como la gran solución a la accesibilidad y seguridad ciclista en esta capital provinciana.
4 millones para 30 kilómetros de felicidad ciclista
Sin preguntar a nadie, más que a ellos mismos y a una consultoría de prestigio, ignorando foros de calidad contrastada y de funcionamiento ejemplar como el
Observatorio del Peatón y la Bicicleta, los responsables de la movilidad de esta ciudad se han echado la manta a la cabeza y han pergeñado un plan magnífico para la ciclabilización de Pamplona.
¿Y qué han hecho? Pues
pintar en un mapa unas cuantas rayas de colores, como si de líneas de transporte público se tratara y buscar la plantilla que más se ajuste a la sección de cada calle sobre las que circule esta fantasía de tranvía ciclista que es el carril bici segregado. De manual. Por supuesto, esas avenidas cuentan con gran densidad de tráfico motorizado, peatonal y de transporte público, así que el follón está garantizado.
El mapa es precioso.
Esto es lo que nos gusta a todos. Pintar con rotuladores y hacer una red con ejes troncales y ramales. Aunque a simple vista se vea que esa red está descompensada y atienda de manera más tupida a los barrios del oeste que a los del este y deje corredores desatendidos tan estratégicos como el de Errotazar, o el Camino Viejo de Burlada, más conocido como Camino de Santiago, por mencionar sólo dos.
¿Es éste el carril bici que queremos?
Cuando se bajan al terreno la cosa cobra una gravedad fantástica. Pero como el papel lo soporta todo y el PowerPoint más y si viene avalada por una consultoría reconocida cualquier imprudencia por temeraria que sea se reverencia, van y proponen el modelo de carril bici que a los "bicicleteros de quiero un espacio para mi" tanto les gusta.
El carril bici segregado y protegido.
¿Y por qué no verdad? Se dibuja, se hace una simulación y todo el mundo contento.
Los peatones por la acera tranquilos, las bicicletas por su carril protegidas y los coches solos en el resto, sin invitados molestos que ralenticen su marcha y pongan en cuestión su pesada lógica. Perfecto.
Podríamos analizar qué pasaría en el caso de que se juntaran dos ciclistas y uno quisiera adelantar al otro o cómo se gestionarían las protecciones en las intersecciones, pero eso son nimiedades en las vías que nos ocupan. Porque para las grandes vías los prestidigitadores de la plantilla y la infografía han propuesto esto.
Que visto así en bruto vuelve a ser estupendo, pero que mirado con un poco más de atención resulta ser una barbaridad. Parecen detalles insignificantes, pero en las dos propuestas hay aspectos que es mejor no pasar por alto (aparte de que el modelo inferior no sea simétrico, que un descuido lo tiene cualquiera).
Carril bici segregado, autobuses y coches aparcados
Efectivamente.
Poner un autobús en el esquema cambia radicalmente las normas de juego en el tráfico de una vía urbana, porque el autobús no sólo circula, sino que para y carga y descarga pasajeros más o menos cada 300 metros. ¿No han reparado en eso? Y lo que es peor ¿cómo van a gestionar esas paradas sin atropellar a los ciclistas o sin que los ciclistas atropellen a los peatones en las inmediaciones de las marquesinas? Parece una cuestión tonta pero no lo es, sobre todo cuando las vías en las que se propone el carril bici son intensivas en transporte público.
El otro detalle tonto es el de los coches aparcados, sobre todo en el modelo inferior izquierdo en el que las bicicletas circulan entre la linea de aparcamiento y la acera. Vamos este.
Este formato, bien conocido por la gente que intenta andar en bici en Pamplona, es una calamidad, por no decir que es criminal.
Encajonar a los ciclistas e invisibilizarlos del tráfico entre coches a los aparcados y bordillos debería estar tipificado en el código civil como tentativa de homicidio y condenar al técnico que se atreva a proponerlo. Pero no. Lo pintan y a la gente le gusta.
Tenemos la solución, pero es cara
Si os pensáis que esto es todo, os equivocáis. Los malabaristas de la ingeniería civil siempre esconden un as en la manga por si aparecen en sus presentaciones o en las sugerencias o alegaciones (que tan poco les gustan) personas como tú y como yo que ponga de relieve lo anteriormente expuesto y cuestione sus magníficos modelos. El as en la manga esta vez se llama
"Boulevard sostenible". Y es así de bonito.
¿Cómo se os queda el cuerpo? La fórmula mágica consiste en, nada más y nada menos,
segregar a los coches por un lado y a los medios de transporte sostenibles por otro. Y no se les cae la cara de vergüenza. Como si los felices ciudadanos buscaran el horizonte cada vez que se subieran a su medio de transporte preferido.
Aparte de la difícil relación entre ciclistas y autobuses, ¿alguien ha pensado qué tendría que hacer un ciclista para girar a la izquierda en el Boulevard sostenible? ¿No verdad? Pues eso.
Obligatorio, también en rotondas y bifurcaciones
Ah, otro detalle tonto para los listillos de turno:
si el carril bici está ejecutado en la misma plataforma es obligatorio, o sea, que, sea lo que sea lo que al final sean capaces de hacer, si lo hacen,
excluirá a los ciclistas del resto de la calzada y me consta que en algunos de esos itinerarios hay rotondas y bifurcaciones, con lo cual la circulación ciclista se ve penalizada por su encarrilamiento presuntamente protector. Ese
disco azul redondo tan anhelado por los "ciclistas de carril bici" así lo indica. Que no nos pase nada.
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Rotondas (amarillo) y giros a la izquierda (verde) |
Tempus fugit
Lo peor de este asunto es que para llegar a estas conclusiones y a estos modelos,
el Ayuntamiento de Pamplona ha perdido más de un año y ha gastado unos cuantos miles de euros contratando a una ingeniería de renombre y desoyendo los intentos de interlocución de su propio Observatorio del Peatón y de la Bicicleta que estoy seguro de que hubiera advertido de estas cuestiones y de muchas otras más.
Pero hay algo peor todavía. Siempre hay algo peor en este siniestro juego de los tiempos y las maneras políticas.
Lo peor es que hay que decidir ya y hay que empezar a actuar ya, porque los plazos políticos marcan el ritmo y a esta legislatura le quedan dos años hábiles de vida. Si contamos los plazos de los anteproyectos, sugerencias, proyectos, alegaciones, proceso de contratación de las obras y ejecución de las mismas en fases, nos daremos cuenta de que ya no hay tiempo para procesos de participación suficientes. Una vez más.
Eso por no decir que después de este ejercicio de megalomanía pro-bici, otras medidas como habilitar aparcamientos seguros, cómodos y a cubierto en centros de actividad y en puntos estratégicos de la ciudad o hacer campañas de concienciación en centros escolares, Pero de eso ya hablaremos en otro momento.