La rebeldía, el inconformismo, la transgresión de las leyes que nos discriminan, que nos ponen en peligro, que nos despotencian, que hacen que nuestra opción de movilidad se vea cercenada y reducida a una colección de situaciones descabelladas, de refugios ficticios, de desencuentros con peatones, con automovilistas, con otros ciclistas y hasta con nosotros mismos al sentirnos estúpidos tratando de seguir unas indicaciones absurdas... parece que es el único camino lógico, aunque no resulte sensato decirlo.
Y parece que es el camino que muchos a nuestro alrededor han decidido tomar, para desánimo de los que creen que el orden establecido es el único orden posible y que dejar las cosas como están es la única manera de que todo funcione.
Pues no, queridísimos conservacionistas de la tiranía del automóvil, vuestro orden no es el del resto, vuestras reglas no nos valen a los ciclistas, ni a los peatones, ni a los niños que quieren jugar, ni a la gente que quiere disfrutar de la calle libremente y con seguridad. Y no sólo no nos valen y por eso tantas y tantas veces no las seguimos, adrede, sino que no nos vamos a conformar y vamos a seguir transgrediéndolas y vamos a fomentar que se haga, hasta que consigamos que se cambien.
No hay otra forma de darle la vuelta a esto. Porque ya lo hemos intentado por la vía de la obediencia, de la paciencia, de la esperanza y hasta de la súplica, pero no ha funcionado. Siempre os las componéis, los "autoinmovilistas" para devolver las aguas a su cauce y velar por que los coches sigan siendo los dominadores de las calles y de las carreteras.
Con prudencia, con prevención, con instinto de conservación pero con determinación, con descaro y con elegancia, sigamos infringiendo esa ley que no nos recoge, que no nos incluye, que no nos comprende y que no nos ayuda a andar más seguros y a entendernos con los demás.
Hasta que la ley del tráfico, la ley de la tiranía del automóvil, la ley de la ocupación de la calle por los más fuertes, la ley de la velocidad y el peso siga vigente y nos someta, lo único que nos queda es la insumisión. Asumiremos las consecuencias de saltarnos algunos semáforos, de aprovecharnos de algunos pasos peatonales, de atajar por diagonales, de hacer algún contrasentido, de no llevar casco y de ocupar más espacio del que se presupone que tenemos asignado.
No hay otra si queremos que esto cambie, que se produzca una verdadera revolución urbana, una revolución en la forma de entender el espacio público, una revolución que busque el bien común. la igualdad de oportunidades, la accesibilidad universal y la democratización de la calle y de la sociedad en general.
Te iba a contestar, pero ya lo han hecho. Y mucho mejor expresado que lo que iba a poner yo.
ResponderEliminarhttp://mueveteenbicipormurcia.com/2015/02/02/las-bicis-no-somos-rosa-parks/
LAS BICIS NO SOMOS ROSA PARKS
Leí ayer este post de Eneko Astigarraga llamando a la insumisión ciclista respecto a las normas de tráfico y quisiera expresar mi desacuerdo con dicha postura, que para eso yo también tengo un blog. A Eneko no lo conozco en primera persona pero sigo su blog desde hace años y mi opinión sobre él es que nunca le daría la portavocía de nada relacionado con la bici pero sería uno de los primeros asesores con los que contara.
Es cierto que hemos trabajado mucho en que las normas de tráfico se modifiquen hacia versiones más amables con la bicicleta y que hemos conseguido muy poco. Lo que tengo muy claro es que la insumisión no es el camino. La insumisión funciona cuando algo es empíricamente injusto (no poder sentarse en determinados sitios, no poder extraer sal…) no cuando una minoría cree que algo es injusto para ellos. Y no, los semáforos en rojo pueden ser un fastidio pero no son injustos.
Si la percepción de la sociedad es que los ciclistas lo que queremos es saltarnos las normas, no logro comprender cómo saltarse las normas va a convencer a la sociedad de lo contrario. Ya tenemos que sufrir la identificación del ciclista con el cenutrio que va a toda leche por las aceras, saltándose los semáforos, para encima fomentarlo.
Pero espera, Txema, tú mismo has defendido la insumisión a ciertas normas en este blog. Sí, es cierto, defiendo la insumisión a las normas que perjudican nuestra seguridad, no nuestra comodidad. Si una norma me pone en peligro (y algunas lo hacen a nivel «por seguir esta norma ha muerto gente») lo más sensato me parece no cumplirla. También me he cabreado mucho cuando he visto a ciclistas no cumplir una de las normas para las que se pide la insumisión.
Las normas de tráfico están hechas para convivencia coche-peatón, al que ahora hemos metido un tercer actor, la bici. Pero no debemos olvidarnos de que, por mucho que asumamos las consecuencias, puede haber consecuencias inesperadas. Yo mismo he visto cómo un coche invadía un carril causando un atropello por esquivar a un ciclista que se había saltado un semáforo en rojo.
Por razones como esa me parece que la insumisión a las normas de tráfico que no nos vienen bien a los ciclistas es una visión muy egoísta del asunto que excluye los perjuicios que puedan ocasionarle a terceras personas y no pienso fomentarlo.
No entiendo bien tu post, la verdad. Porque, para empezar muchas de esas normas que llamas a incumplir, en mi ciudad -que es Zaragoza- están ya implantadas o a punto de serlo: semáforos que los ciclistas pueden ignorar, utilización de cualquier paso de peatones. No sé, numerosas entradas de tu blog, sean originales o tomadas de otros blogs, me ha parecido muy razonables. Sin embargo, de vez en cuando te descuelgas con una arenga victimista que no es coherente con la realidad: El Reglamento, por ejemplo, tal como ha ido al Consejo de Estado, recoge prácticamente todas las exigencias de la Mesa de la Bicicleta )Incluida la no obligatoriedad del casco para mayores de 16), que encarna hoy por hoy un poderoso lobby respaldado por los ayuntamientos, babeantes todos por difundir una postal de su ciudad "con muchas bicicletas, como en Holanda" aunque vayan por las aceras y de hecho no quieran adoptar medidas eficaces para pacificar las calzadas, porque quieren los votos: de los modernos ciclistas, sí, pero tampoco tocar mucho las narices de los automovilistas. Para tocar las narices ya está el colectivo más desunido, y silencioso: Los peatones.
ResponderEliminarAsí que parece que quieras alternar para no ser considerado ni una cosa ni otra. Es tu opción, tan respetable como cualquiera, pero la realidad en la calle se ha puesto ya muy radical, y hay que definirse o, por lo menos, no contribuir más a la confusión y la demagogia. Saludos.
Queridos Anónimo y Gabriel,
ResponderEliminarOs desdecís vosotros mismos y demostráis con vuestros razonamientos no entender a qué tipo de insumisión apela este post. Ese párrafo en rojo lo resume:
"Con prudencia, con prevención, con instinto de conservación pero con determinación, con descaro y con elegancia..."
Eso no recoge a los cenutrios, ni llama a saltarse todos los semáforos en rojo ni a ir a toda pastilla por las aceras.
No es confusión, no es demagogia, para demagogia la que tú mismo mencionas de las adhesiones a la mesa. Por cierto, Zaragoza como las principales ciudades donde la bicicleta ha tenido un cierto desarrollo objetó, como Ayuntamiento, de hacer cumplir el Reglamento en los términos que expresaba el borrador que aún no ha sido corregido y ahora anda dando caña vía multa a los ciclistas de acera.
Este blog nunca ha pretendido sentar cátedra de nada y mucho menos representar a nadie sino, más bien, plantear algunas dudas y cuestionar algunas tendencias, usos, hábitos y actuaciones. Muchas veces de manera desafortunada, pero siempre tratando de no quedarse en las medias tintas.
Polemizar a veces es difícil entre gente demasiado vehemente y demasiado radical de lo que no es más que una opción más de movilidad urbana.
De todas formas, gracias por vuestras opiniones.
Sigo sin ver coherencia, Eneko.
ResponderEliminarSi no te entiendo mal, abogar por infringir la ley, si es con "prudencia, instinto de conservación, pero determinación, descaro y elegancia" (eso es una especie de chulería fina?) ¿seria lo opuesto a "gente demasiado radical y vehemente"? -yo y el otro comentarista, supongo-
El Ayuntamiento de Zaragoza objetó, en efecto como la mayoría de los ayuntamientos, especialmente los adscritos a la Red de Ciudades por La Bicicleta, cuyo presidente y mayoría de vocales, por cierto, son del PP.
Su principal motivo de objeción fue lisa y llanamente una cuestión de competencias: Reclama más competencias para legislar (y, sí, su Ordenanza, que el Tribunal Supremo confirmó que invadía competencias de Leyes de rango estatal superior -La Ley de Tráfico concretamente- permitía hacer cosas que la citada Ley no permite, como circular en bici por determinados espacios.)
En cuanto a las multas, no te preocupes, en el último Pleno se acordó convertir en leve la infracción de circular por aceras (ahora costará unos 18 euros si se paga pronto) y además hacer todo lo posible por que nadie tenga que pagar las que se impusieron tras la mencionada sentencia.
De hecho, las bicis ya están volviendo a las aceras alegremente desde hace días, y todo el mundo espera que el nuevo Reglamento, que no hará caso del Dictamen del Consejo de Estado (por cierto, ese Dictamen es preceptivo, no un recurso desesperado para dirimir diferencias, como erróneamente dices en algún post anterior), pues María Seguí -esa progresista tan ligada a Pamplona- ya ha recalcado que el Dictamen no es "nunca, nunca vinculante", lo permita.
Ya perdonarás si en algún momento me ha salido algún síntoma de radicalismo o vehemencia.
Ja, ja.
EliminarNo te preocupes Gabriel. Tú sigue cumpliendo la ley a rajatabla que muchos seguiremos teniendo algunas "ligerezas" que relativicen el orden establecido. En 35 años de práctica te puedo asegurar que no he tenido ningún problema importante con ésto y que la mayoría de conductores y peatones lo han entendido.
¿Por qué? Porque siempre en mi práctica ilegal y chulesca ha primado el respeto, por encima incluso de la ley.
En fin, sé que seguirás encontrando mi actitud y mi consejo reprobables, pero sigo creyendo que el sentido común es más importante cuando se anda en bicicleta. que tratar de seguir unas normas que están pensadas por y para automovilistas.
Seguro que la cosa cambia y cada vez nos acercamos más a lo deseable, pero mientras tanto...
Je, Je.
ResponderEliminarNo sé de dónde sacas que yo cumpla la ley "a rajatabla". No hace falta ser un cumplidor "a rajatabla" de las normas, ser vehemente o radical para disentir de tus artículos o apreciarlos desacertados.
Se da la circunstancia de que yo veo y sufro cotidianamente las infracciones ciclistas en mi condición casi exclusiva de viandante. En Pamplona, por cierto, también me ocurre lo mismo. Así que no contemplo con alegría esa llamada a la insumisión a las normas. Unas normas que, por otra parte, cada día se redactan más a favor del ciclista. No los veo como un colectivo mártir y desamparado, precisamente.
Pero vaya usted a saber, Rouco decía con frecuencia que la Iglesia Católica estaba perseguida y era mártir en España.
Resumiendo: Si se quieren saltar normas a costa de su seguridad, no seré yo quien encuentre "reprobable" (no oía ese adjetivo desde el cole) su actitud. Lo mismo hago yo cuando cruzo una calle de dos o tres carriles por un sitio irregular: me la juego fundamentalmente yo mismo. (la verdad es que procuro hacerlo lo menos posible, hay veces que lo haces casi inconscientemente)
Pero no son esas el tipo de infracciones que veo practicar cotidianamente al ciclista urbano.
Tampoco te he acusado de "actitud chulesca", no seas tan susceptible.
También disiento de tu optimismo en cuanto a que cada vez nos acercamos más a lo deseable. Los mismos partidos que instalan carriles bici sobre aceras a troche y moche, o que directamente las rompen para ponerlos a nivel calzada sin restar sitio los automovilistas (como acaba de ocurrir en Zaragoza) no han emprendido ni una medida eficaz para limitar el número de coches, ni siquiera para multar a los que corren a 45 o 50 km/h por las calles con límite de 30.
Es todo una farsa. La sostenibilidad les importa un pito. Y la bicicleta, en vez de ser una alternativa al coche es un juguete, un complemento, una forma más fashion de hacer ejercicio.
Enhorabuena por tu blog, porque realmente has publicado artículos estupendos. No me lo ha parecido este de marras, lo siento.
Saludos
Cómo os gusta darle al pico haciendo constar lo que intuis del otro y entrar al capote con que uno le tira al otro ...
ResponderEliminarPues creo que hay una manera de poner en cuestión no pocas normas, y es cumplirlas a rajatabla para que el resto de actores de la vía vean lo absurdo que es, así no sólo los que van en bici estarán de acuerdo en cambiarlas.
ResponderEliminarEscribo un artículo en unos días para poner algunos ejemplos.
Una opinión en la misma línea: http://ibilbideak.euskadi.net/blog/2012/11/tenemos-que-pararnos-en-los-semaforos-en-rojo/?lang=es
ResponderEliminarCreo que la clave de la discusión está en esta frase del primer comentario "Las normas de tráfico están hechas para convivencia coche-peatón, al que ahora hemos metido un tercer actor, la bici." Pero la convivencia puede ser democrática o no, que es lo que ocurre ahora con las normas que como prioridad imponen la soberanía del coche. Ejemplos: http://ibilbideak.euskadi.net/foroa/viewtopic.php?p=4213#p4213
Yo suelo cumplir con todas las normas (semáforos, pasos de peatones, sentido obligatorio de la circulación, etc.) pero no dudo ni un instante en saltármelas si mi integridad física está comprometida por un mal diseño de las vías: http://www.enbicipormadrid.es/2016/01/multa-o-muerte-que-prefieres.html
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