Muchas veces no somos conscientes de qué estamos hablando cuando nos referimos a cosas tan cotidianas como la luz, el transporte, la comida o el dinero. Nuestra ignorancia y la descontextualización de cada uno de esos elementos fundamentales para nuestra vida nos hace trivializar su importancia o reducirla a una mera repetición de tópicos. La ignorancia es atrevida y, más que eso, es pasto de reduccionismos demagógicos que sólo ayudan a mantener el orden establecido mediante falsas expectativas e intoxicación con miedo de cualquier opción alternativa a dicho orden.
Por eso cuando oímos algunas voces que tratan de alertarnos sobre la autoconsunción del mundo, las tachamos rápidamente de apocalípticas o maltusianas, ridiculizándolas utilizando lugares comunes y sofismas sin base alguna, pero que por pura repetición acabamos creyéndonos, y así las desactivamos y las silenciamos rápidamente.
Hoy toca hacer un ejercicio de información para la conciencia sobre el futuro que nos espera si seguimos a este ritmo de destrucción planetaria. Este fabuloso vídeo didáctico encierra una densidad de información y de lógica científica, que será difícil que no explote dentro de las cabezas que sean capaces de querer entender el mensaje que encierra.
Damos por supuesto que la inmensa mayoría de la gente sólo es capaz de ver lo que es capaz de creer, pero eso no debe desanimarnos en nuestra tarea de hacer viral un mensaje cuya esperanza se base en la inteligencia de cada persona para cuidarse de sí misma, más que en que el poder concentrado en unas pocas vaya a ocuparse o preocuparse de todos nosotros. Así pues, bienvenidos al principio del final de la era del petróleo y larga vida a un futuro más prometedor.
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