martes, 2 de octubre de 2012

La verdadera revolución de las bicicletas

Nos henos querido creer que la revolución de las bicicletas era una especie de comunión planetaria, una eclosión global, cuando en nuestro entorno inmediato no pasaba de un mero juego estadístico amañado de alguna manera por unos cuantos interesados en que aquello diera unos resultados (que para eso sirve la estadística). Gente que usa la bici arrebañada en millones, usos de los sistemas de bicicletas públicas, número estimado de bicicletas disponibles en los hogares, participantes en masas críticas o fiestas de la bici o puro conteo de frikis por hora en puntos estratégicamente seleccionados de la ciudad. Todo se presentaba en magnitudes megalomaníacas con tal de demostrar por pura extrapolación que esto iba viento en popa.

Hoy se han hecho públicas las cifras de las ventas de bicicletas en Italia en 2011 y las sospechas de esa emoción exultante y muchas veces infundada se empiezan a hacer realidad. En Italia ese año se vendieron más bicicletas que coches.

Fuente: La Repubblica

Llamémoslo crisis, llamémoslo economía doméstica, llamémoslo tendencia, el caso es que estas cifras ya no son tan relativas. La bicicleta se está imponiendo día a día. Por juego, por ocio, por deporte y por transporte, y eso no se puede relativizar. Poco a poco, inexorablemente, el renacimiento de este vehículo es un hecho constatable, a pesar de todas las dificultades con las que está contando para desarrollarse.

Sin ayudas, sin subsidios, sin inversión, sin educación, sin cultura, sin respeto, sin planificación, sin más. Por la pura elección de personas individuales, por su convicción, por su sentido común, por su inteligencia.

¿Cuánto más vamos a seguir dando alas al coche y subsidiando su declive?

2 comentarios:

  1. Eneko, en tu penúltima frase añadiría "por placer", y "por necesidad", y también "por obligación".

    El ritmo insostenible del consumismo capitalista ya fué denunciado en los años 60s, 70s, 80s... por 4 "locos" que advertian del peligro de este hoy nuestro callejón sin salida, que aún ahora muchos no quieren reconocer.
    La receta que predicaban aquellas personas sabias era simple: una vida sana, buscando lo natural y sencillo como base, medicina, alimentación, agricultura, artesania, bicicleta... amor, cooperación, sin necesitar ser mas ni mejor que el vecino ni pisarlo para escalar socialmente.
    Era un tipo de progreso que la sociedad descartó por utópico, soñador, hippie, etc...

    Ahora este progresar se ha vuelto obligatorio, pues lo insostenible acaba derrumbándose.

    Sin duda la velocidad de la bicicleta és la mejor noticia que hay, aunque en este presente se haya vuelto muy complicado el avançar.
    La imagen del callejón sin salida es tal cual, sólo se sale por donde se entró. Dicho callejón, además de ser peligrosamente distópico, no tenía salida (y puede que no sea un callejón sinó un embudo, no lo sé).
    Ojalá mi opinión sea equivocada y el tiempo lo aclare pronto.
    De mientras, la "velocidad bicicleta" es un placer.
    Salut!



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  2. Buena noticia, ojalá vuelva la vida a poder ser disfrutada en lugar de pasar por ella a 120 km/h. A 20 se vive mejor! Saludos desde la Florida!

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