Mucho hemos hablado sobre la disposición de la calle, sobre su reparto y sobre la usurpación histórica de la misma en beneficio del coche.
De unos años a esta parte se ha producido una progresiva desmotorización de muchas calles y zonas para convertirlas en más peatonales y ganar así espacios donde se vuelva a producir la vida, el comercio, el encuentro, de una manera relajada, sin condicionantes circulatorios.
Así se han ido desarrollando las peatonalizaciones y las zonas de tráfico restringido en muchas ciudades y se ha descubierto el valor de las mismas, la revitalización de las calles, el vigor comercial, la rehumanización del espacio público. Todo ventajas
Hasta aquí todo bien, aunque no fácil, ya que hay que contrarrestar la oposición sistemática de comerciantes, vecinos, transportistas y visitantes que ven en esto una afrenta al derecho de la accesibilidad universal en automóvil.
El problema es qué pasa entonces en esos espacios peatonales públicos. ¿Se puede invadir el mismo a bordo de vehículos blandos y ligeros? ¿En qué condiciones?
¿Se puede ocupar como extensiones de los locales comerciales adyacentes para exponer el género o para atender directamente en dicho espacio?
Muchos ayuntamientos se han puesto ya a regular el tema con más o menos acierto y se han aprobado ya diversas normativas sobre el tema: terrazas y veladores, reparto de mercancías, circulación de bicicletas...
El asunto se las trae y aquí ya hemos dejado clara nuestra postura al respecto: prioridad absoluta para el disfrute peatonal y restricciones a todos los demás.
Sin embargo, podemos comprobar cada día que la realidad es otra y que la apropiación indebida de estos nuevos espacios es cada vez mayor, cada vez más prepotente y todavía sigue impune para perjuicio de todos e indignación de cada vez más gente.
En el sentido que explicas:
ResponderEliminarhttp://es.scribd.com/doc/50743658/La-Calle-Es-Tuya
un abrazo respetuoso