Hay varias maneras de ver una misma realidad y todas son válidas. Es fácil decirlo, pero mucho más difícil defenderlo. Sobre todo, cuando las tendencias dominantes empujan fuerte y tratan de imponer sus tesis desoyendo otras. En el impulso ciclista urbano pasa, igual que en otros campos donde hay alternativas.
Ya está más que recogida la tendencia dominante de demandar espacios marginales exclusivos como vía para promocionar el uso de la bicicleta de una manera cualitativa y cuantitativa definitiva. Pero ¿qué pasa con los que promulgan que también se puede conseguir ese mismo reconocimiento y crecimiento sin necesidad de construir infraestructuras específicas para los ciclistas? ¿Están locos?
Es difícil postular que haya una sola vía o que algo sea mejor en el complicado terreno de la adaptación de la calle a los distintos usos para los que se la requiere, pero lo que está claro es que descartar algo categóricamente sin haberlo siquiera probado es tan poco inteligente como lo contrario.
Está claro que proponer, a muchos ciclistas noveles o a cualquier persona que quiera proponérselo, circular utilizando todo un carril (o el único carril) en muchas calles es un reto que muchas personas no están dispuestas a afrontar, pero no es menos cierto que evitar este tipo de medidas sistemáticamente para lo único que sirve es para demostrar que los ciclistas no tienen sitio y por tanto derecho en la calzada, dejando el camino expedito sólo a los motorizados. Sobre todo si lo único que se hace para facilitar el tránsito ciclista es construir unas cuantas vías segregadas o pintar unas cuantas aceras con mayor o menor acierto.
¿A qué obedece entonces esta incapacidad general de hacer las cosas dignamente para los ciclistas?
Es fácil mirar a países donde la bicicleta es una opción exitosa, e incluso dominante, y tratar de reproducir sus sistemas, hasta que se plantean las actuaciones sobre el terreno y volvemos a los mismos postulados de siempre: que la ciudad consolidada es intocable, que no hay flujo suficiente, que lo necesito todo para el tráfico motorizado...
Quizá no somos conscientes que hay una cuestión de carácter cualitativo importante que nos diferencia a países como España, Italia o incluso Francia de otros como Holanda, Dinamarca, Bélgica o Suiza. Los primeros somos países donde la industria automovilistica se ha consolidado como un agente importante en la economía y en el consumo interior, cosa que en los segundos no pasa.
Aún así, esto no debería ser suficiente argumento, porque hay muchas zonas en uno de los paises de más marcado carácter automovilístico: Alemania. En muchas ciudades alemanas, el impulso de la bicicleta es realmente importante, y allí no les tiembla el pulso cuando se trata de dar facilidades a los ciclistas y de respetar sus derechos. ¿Por qué entonces no podemos proponerlo en estas latitudes con el mismo éxito?
Pues, simple y llanamente, porque aquí no es ni simple ni llano.
No es simple ni llano
No es simple porque nosotros, a diferencia de estas plazas, hemos perdido durante dos generaciones el hábito del uso de la bicicleta, quedando su uso reducido a unos pocos locos en la ciudad y a un montón de deportistas, durante varias décadas. Esto es crucial cuando se trata de proponer el uso de la bici como medio de transporte, porque todavía hay demasiada gente que lo interpreta como algo regresivo y lo asocia a la posguerra, a los tiempos difíciles, al subdesarrollo. Todavía no hemos podido compensar esa losa que supuso el franquismo, que utilizó estratégicamente el papel del automóvil como doble facilitador del progreso tanto desde la perspectiva industrial como desde la del consumo. La irrupción del "utilitario" acabó de enterrar a la bicicleta.
Y no es llano. Porque hay muy pocas ciudades entre las nuestras que cumplan un requisito importante para el concurso de las bicicletas fácil y cómodo que es no tener desniveles importantes. Tan sólo unas pocas ciudades cuentan con esa condición. En el resto, tratar de impulsar la bicicleta cuesta mucho más trabajo y esfuerzo, porque las cuestas representan el inconveniente más importante, después de las condiciones de preeminencia del tráfico motorizado, para disuadir a los usuarios potenciales de la bicicleta.
Sólo siendo conscientes de estos lastres monumentales podremos ser razonables en nuestros planteamientos pro-bici. Ignorándolos no conseguiremos más que desalentarnos en nuestra pelea. Y que no se interprete esto como un impedimento insalvable, sino más bien como un condicionante a tener en cuenta para trabajar de una manera más consecuente y largoplacista.
Eneko, me encanta tu blog pero creo que los defensores de la bici a veces nos centramos demasiado en la bici y perdemos la vision global de la movilidad en nuestras ciudades. Yo que vivo en Leuven, Bélgica, soy el primero en reconocer que la movilidad en bici está en pañales en nuestro pais. PERO, tambien hay que entender que las ciudades del norte de europa son muy diferentes a las del sur. En España las ciudades son muy densas y compactas. En general, puedes encontrar un supermercado, una cafeteria, un banco, la oficina de Correos a cuatro pasos de tu casa. En cambio el norte no es así. Las ciudades están mucho mas desperdigadas por lo que las opciones suelen ser o el coche o la bici.
ResponderEliminarPor eso no me gusta cuando nos centramos unicamente en el porcentaje de uso de la bici. Es verdad que en el Holanda, Dinamarca, y el norte de Belgica, por ejemplo, el uso de la bici suele ser de +15%. Hay unos datos muy interesantes sobre las formas de transporte en ciudades europeas que se pueden encontrar en la página de EPOMM (www.epomm.eu). Segun estos datos, en la Haya por ejemplo el 46% de los desplazamientos son en coche. En Rotterdam, sube al 49% y en Amsterdam el paraiso de la bici, es el 38%. Este porcentaje de uso del coche contrasta con el de Vitoria (24%), Donostia-SanSebastian (29%) o Bilbao con solo un 11% !! Incluso si vamos a las ciudades mas grandes, en Madrid solo un 29% de los desplazamientos se hacen en bici y en Barcelona un 35%. En definitiva que ganamos a los del norte en cuanto a transporte sostenible se refiere. En mi opinion, a parte del transporte en bici, tenemos que proteger nuestro modelo de ciudad compacto, el cual se ha puesto en peligro con el boom inmobiliario que nos ha traido los barrios dormitorio de la periferia y los centros comerciales.
Totalmente de acuerdo Gorka.
ResponderEliminarhttp://bicicletasciudadesviajes.blogspot.com.es/2011/10/tenemos-un-tesoro.html
Un saludo,
Eneko
Vaya, Eneko, lo explicas mejor que nadie e incluso mencionas EPOMM. Bueno, gracias de nuevo por tu blog y si necesitas a algun contacto en Flandes, aqui me tienes.
EliminarAcertada la intervención de Gorka y la anterior reflexión de Eneko, lo importante es el conjunto de la movilidad blanda, da igual que sea caminando que pedaleando, lo importante es poco a poco ir convirtiendo el uso urbano de los vehículos a motor en algo residual. Ciudades para las personas, no para los coches.
ResponderEliminarMe encanta tu blog.
ResponderEliminarRespecto a que sea llano o no, con las bicis eléctricas de pedaleo asistido eso ya no es excusa ;)
Hay mucha gente en ciudades de orografía accidentada y nunca conseguiremos que dejen el coche y se suban a una bici normal (o vayan a pie) pero sí a una bici eléctrica...por cierto que el PIMA AIRE4 del gobierno subvenciona con 200€ a nivel estatal la compra de estas bicis.
Además hay ciudades como Barna que dan 250€ adicionales.
Salud y pedal
Hola; enhorabuena por el artículo, y por el blog
ResponderEliminarUna pregunta, Eneko. ¿que quieres significar cuando para ilustrar esta entrada, has puesto fotos de los ciclocarriles de Madrid?. Tambien me gustarías saber tu opinión sobre ellos
Las imágenes me parecen ilustrativas de que "el camino de en medio" el de ir por la calzada es difícil. "Que proponer, a muchos ciclistas noveles o a cualquier persona que quiera proponérselo, circular utilizando todo un carril (o el único carril) en muchas calles es un reto que muchas personas no están dispuestas a afrontar".
EliminarSobre mi opinión de este tipo de infraestructuras es que, así como las ciclocalles, esas calles de un sólo carril y un único sentido que están señalizadas con limitación de velocidad a 30 kms/h y con un pictograma indicando la circulación de las bicis por el centro del carril, me parecen simbólicas pero interesantes.
http://bicicletasciudadesviajes.blogspot.com.es/2012/04/que-son-las-ciclocalles-y-para-que.html
Respecto a esta versión madrileña de colocar un ciclocarril a la izquierda del carril bus y en medio de grandes avenidas con intensidades de tráfico importantes, ya soy más reservado porque me parece que no son tan efectivas, porque rara vez un ciclista novato va a aceptar ese reto.
Ahí me parece mucho más interesante el trabajo de promocionar las calles tranquilas.
http://bicicletasciudadesviajes.blogspot.com.es/2011/03/circulabilidad.html
Un saludo.