viernes, 26 de diciembre de 2014

El exceso de confianza mata

En estas fechas tan entrañables es donde más echamos en falta a los seres queridos. En estos días tan señalados en los que medio mundo se está desplazando para volver a encontrarse con el otro medio y felicitarse por estar allí es cuando los responsables de la seguridad vial doblan esfuerzos para tratar de prevenir la desgracia. Ahí suele estar presta nuestra querida DGT para recordarnos que somos pecadores y mortales y que, al volante, esta conjunción es fatal de necesidad.



Bien. Hace falta recordarlo, aunque estos mensajes emocionantes ya no calan en nuestras frías entendederas. Estamos inmunizados a las advertencias y a los consejos paternalistas. Nos hemos cansado de ser los eternos culpables de nuestras propias desgracias.

Pero el mensaje navideño de hoy no va dirigido a los automovilistas. De esos ya se ocupa el resto del mundo. La advertencia de hoy va para los que se mueven sin motor, esos para los cuales los despistes y las imprudencias se traducen en daños físicos en sus propias carnes. A esos, hay que recordarles que, aunque les asista el derecho y tengan permiso legal, lícito o tácito de hacerse unas cuantas jugadas o pasar por alto el orden establecido a favor del automóvil, deben extremar precauciones y reforzar su atención. Más en estas fechas donde todo el mundo va un poco alocado y más de uno además algo perjudicado.


Tu integridad depende de ti y el exceso de confianza en tu caso, ciclista o caminante, lo pagas más caro que los demás.

Feliz Navidad.

1 comentario:

  1. Frente al paternalismo, realismo.

    Felices fiestas, Eneko y compañía.

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