martes, 26 de febrero de 2013

Amenaza, que algo queda

Nos gusta. Entendemos las relaciones civiles bajo el principio de la imposición de una serie de normas colectivas, que ayudan, mediante la amenaza de la vigilancia y el castigo, a ordenarnos. Porque solos no podemos, o preferimos no poder, y porque nos gusta someternos a una autoridad que regule el asunto este de la convivencia, porque, si no, somos muy dados a la anarquía y al individualismo feroz y esos no nos ayudan a entendernos.

Pasa igual con esto de las bicis. Después de unos años de improvisación, libre albedrío y canibalismo, ahora nos ha dado por encomendarnos a la autoridad competente para que dirima sobre algo que nosotros solos hemos sido incapaces: las relaciones de bicicletas y peatones. Siempre bajo la amenaza de abandonar nuestra actividad, siempre bajo las tesis del miedo a los automóviles, muchos ciclistas han decidido tomar a los peatones como rehenes mientras se acondicionaba la ciudad para la circulación de las bicis por corredores exclusivos.

Después de ningunear a los más débiles y de menospreciar las condiciones de muchos espacios públicos, imponiendo su derecho a circular por encima de la capacidad socializadora de dichos lugares, los ciclistas, o sus representantes, han decidido sentarse a la mesa con la máxima autoridad para hacer prevalecer sus derechos sobre los de los demás agentes de la circulación, simplemente porque ellos, los bicicleteros, son buenos y vulnerables y todos los demás, por lo visto, no.

De acuerdo con esta estrategia, los ambiciosos ciclistas han decidido hacer valer sus posiciones y demandar toda una serie de facilidades para el ejercicio de su actividad circulatoria sin importarles las de quiénes se podían poner en juego, y no han calculado cuáles podían ser las consecuencias de tanta ambición cuando el interlocutor, al que se le exigían estas modificaciones, les pidiera algo a cambio.


Todavía no se ha conseguido cambiar nada y ya se empiezan a atisbar los efectos del atrevimiento ciclista. Por un lado, los peatones han decidido defenderse y defender, con la misma, el derecho a la calle como lugar de encuentro y de socialización, por valores por encima del derecho a la libre circulación, y, por otro, la propia autoridad ha optado por empezar a exigir a los ciclistas algunas condiciones ante tanta petición.

Hemos confundido normalización con normativización

Así llevamos unos meses, años ya, de discordia respecto a la obligatoriedad del casco, a la permisividad de la circulación ciclista en espacios reservados para los peatones y, ahora, a la necesidad de una capacitación universal para todos los ciclistas que quieran circular. Ya casi tenemos el carnet. Sólo falta proponer la matriculación y la necesaria aportación de un seguro de responsabilidad civil para acabar de bordarlo.

La amenaza ya ha sido formulada literalmente. Las primeras consecuencias entre los ayuntamientos más "sensibles" a la limitación del cachondeo ciclista ya se están anunciando. Somos unos inconscientes en manos de unos irresponsables que, a cambio de algo de reconocimiento legal, son capaces de poner en juego la simpleza, la flexibilidad y la frescura que hacían de la bicicleta un vehículo conveniente, fácil y competitivo en el entorno urbano.

Veremos hasta dónde llega todo esto, pero de momento la cosa apunta mal. La tan esperada revisión del Reglamento General de Circulación puede acabar a este paso en una merienda de negros como sigamos alimentando expectativas y dando rienda suelta a nuestras ansias hiperlegisladoras, por nuestra incapacidad de entendernos por las buenas. Y, lo peor de todo, es que parece que no va a conseguir la normalización de la bicicleta como vehículo prioritario en las ciudades, ni mucho menos.

4 comentarios:

  1. Hay algo que los iluminados de la dgt no ven y es qué pasa con los GUIRIS que no tendrán carne.

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  2. Una pregunta.... ¿y que tiene que ver la foto con el texto?. Yo estuve en esa reunión y no me siento aludido en absoluto en ningun pasaje de esta rebuscada redacción.
    Se fue a presentar a la Mesa Nacional de la Bicicleta y a solicitar que los agentes implicados en la seguridad y en el negocio de la bicicleta seamos escuchados. Se habló del casco y de seguros, matrículas y carnet, que rechazamos. Se habló de calmar el tráfico, de fomentar más vías ciclistas en calles de varios carriles o al menos habilitar el derecho a 30 k/h.... Se habló de recuperar el concepto de bicicicleta como vehículo preferente en la calzada, de educación en colegios, institutos y autoescuelas... Y nadie salió eufórico, pues vimos que no hablabamos el mismo lenguaje, como luego se comprobó con el texto que han sacado... Pero insisto, qué pinta esa foto en este texto tan indignado y que hay que leer varias veces para saber, sin éxito, lo pretende transmitir?. Por cierto, nadie pidió (nunca se ha pedido) que las aceras sean espacios transitables. Y con el texto que ha sacado la DGT... ¿lo son?. Porque dice que no se podrá transitar por las aceras. Más bien depende de algún ayuntamiento autorizarlos en DETERMINADAS ACERAS y cuando la densidad de peatones lo permita. La responsabilidad en ese caso (que jamás ha solicitado ninguno de los presentes en esa reunión), será del Ayuntamiento. Por tanto, que las organizaciones ciclistas hagamos manifestaciones específicas para protestar especificamente por esa norma... no parece normal, teniendo el casco, la indefensión en la calzada, el uso que la reforma pretende de la vía pública, los transportines, etc... como auténticos caballos de batalla. En fin, como decía aquella canción... "haga lo que haga es igual, todo lo consideran mal...". Y bastante tenemos con pelear sin medios contra los lobbys cochistas y algunos sectores de instituciones como para también perder el tiempo en estas discusiones...

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    1. ¿Entonces por qué te disculpas?

      Creo que no se refiere a esta reunión en concreto, sino, más bien, a todo lo que se está haciendo ver que es un proceso de participacion y no es más que la excusa para imponer una forma de ver la bicicleta anticuada y maniquea.

      De todas formas, resulta sospechosa tanta explicación y tanta puntualización respecto a las aceras que, al final, efectivamente parece que quienes van a dirimir si se circulan o no son los ayuntamientos, por lo cual la cosa va a quedar igual de mal que como estaba.

      Eso es lo que tiene relacionarse con políticos, que te acaban llevando al huerto sin darte cuenta y te acabas justificando de estar allí.

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  3. Mira que es interesante este blog, pero a veces se le va la pinza de mala manera, una lástima. "Cómo describir lo acontecido en una reunión en la que no se ha estado, y otros cuentos fantásticos", por E. Astigarraga.

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