sábado, 22 de diciembre de 2012

El día después

El mundo se ha acabado. Créetelo. Si estás leyendo esto eres una de las pocas personas que ha accedido al nuevo universo. Da gracias a la alineación astral, a la profecía maya o a tu puñetera suerte, pero perteneces a los elegidos que formamos parte del Quinto Mundo.

No temas, aparentemente todo sigue igual, las cosas están en su sitio y las calles están llenas de gente, pero todo ha cambiado. Y cuando digo todo es todo. Ya no rige este nuevo mundo la misma lógica que regía ese en el que vivíamos hasta ayer. Ya no manda el más fuerte, ni el más rico es el más influyente, ya no prevalece el beneficio de unos pocos sobre el bien común, ya no impera la violencia y el miedo, ya no domina el individualismo y la competitividad. Ya no.

Ahora todo es distinto. Ahora la gente se mueve de acuerdo a una armonía universal, una conciencia única nos impulsa a ser más conscientes de nuestra existencia, a valorar más nuestro entorno, a interactuar más con nuestros semejantes para lograr un mundo más humano, más tranquilo, más respetuoso y más duradero.


No se qué pasó ayer para que se acabara el mundo anterior en el que vivíamos. No sé si fue una lluvia de meteoritos, un cambio de polos o una radiación mágica. A mi me pilló dormido, como a tí. El caso es que, a partir de hoy, vas a ver las mismas cosas de otra manera. Ese es el gran cambio. Y no te va a pasar sólo a ti. Le va a pasar a mucha más gente.

Verás cómo cada vez más gente va renunciando a sus sobresueldos para que haya sueldos dignos para todos, cómo los políticos, los banqueros y los que se han forrado durante los años anteriores y han dejado esto para el arrastre van a reconocer su culpa y van a pagar el pato, cómo los grandes grupos de capital que dominan los mercados van a renunciar a su obsceno juego especulador y van a ponerse a trabajar por un mundo digno, vas a ver cómo tu vecina, la que grita a sus niños y conduce como una posesa va a empezar a usar la bici. Y como ella muchos más. Y todo va a cambiar. Todo.

Ya verás. No hace falta que compruebes el número del sorteo de Navidad. La lotería te ha tocado cada día que estás vivo, cada día que puedes volver a elegir cambiar esto para mejor. Cada día.

El día después es hoy. Hoy es mañana. Aprovéchalo.

1 comentario:

  1. Tienes un blog muy informativo.

    Un saludo Hippie Bici

    http://hippiebici.blogspot.com.es/

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