miércoles, 6 de abril de 2011

Segregar, discriminar, denigrar

En positivo. Es lo que pasa con el buen tiempo, que se ven las cosas de otra manera. Hoy he salido a tomar el pulso de la ciclabilización de mi ciudad y he de confesar que he quedado gratamente sorprendido. Impresionado más bien.

Segregación

Sobre todo, me ha llamado la atención la cantidad de gente que utiliza la autopista para ciclistas que bordea el parque central de esta ciudad. Es una senda bici o vía exclusiva para ciclistas con una anchura crítica (2 metros para 2 direcciones) un pavimento demasiado pulido que en mojado da algún susto, pero que en seco es impresionante. Representa la máxima expresión de segregación ciclista, pero cumple con unos mínimos de seguridad, anchura y confortabilidad. La carretera junto a la que circula tiene tan sólo un carril en cada dirección (futura calle 30 según la propuesta de la DGT), pero, siendo una circunvalación interior, presenta un tráfico agresivo.

El resultado: tráfico ciclista.









Discriminación

El problema con este tipo de vías que refuerzan la sensación de seguridad, donde la conducción es tranquila, relajada, despreocupada surge cuando se acaban. Siempre se acaban, sobre todo en la ciudad consolidada, donde el espacio es finito y las oportunidades de hacer autopistas es limitada. Y es entonces cuando surgen los problemas.

Una maniobra que requiere una señalización previa de abandono de la vía ciclista, de un giro casi a una mano de 90 grados, de una parada y de echar pie a tierra, de cerciorarse de que los automovilistas de los dos sentidos te van a ceder el paso (que normalmente si te ven a lomos de la bici no lo suelen hacer), de interactuar a la vez con los peatones y de reiniciar la marcha. Toda una suerte de incidencias y peripecias que hay que resolver en apenas 5 segundos de incertidumbre.

Una operación que muchas veces requiere de una atención especial, que no en pocas ocasiones se ve disminuída por la relajación adquirida en el tránsito por la vía ciclista, lo cual aumenta considerablemente el riesgo y que suele ser la causa principal de accidentes. Al menos eso es lo que nos reportaban en el estudio de accidentalidad de Sevilla comentado en este mismo blog.

Basta con ver estas dos secuencias de sendas maniobras de cruce. Son especialmente significativas las expresiones de las ciclistas.



Todas las precauciones son pocas. La mujer de la derecha resulta especialmente expresiva. Ella ha tenido que hacer una parada intermedia porque, doy fe, el automovilista encausado no estaba del todo convencido de que le iba a ceder el paso y sólo el contacto visual con la ciclista y la determinación que le ha transmitido su mirada le ha disuadido de no cederle el paso. Eso en un cruce con paso de ciclistas habilitado donde la prioridad de las bicicletas está reconocida, en una calle de máximo tráfico ciclista y, para más señas, Camino de Santiago.

Si esto no es discriminación...

Denigración

De aquí me he desplazado hasta la calle donde se produjo el fatal accidente que desgraciadamente costó la vida a una ciclista hace ya más de un mes. Por un lado para comparar el estilo de "carril bici" y por otro para comprobar si el Ayuntamiento había tomado medidas para subsanar el problema que motivó dicho accidente: la apertura de una puerta que invadió el carril.

Las diferencias saltan a la vista.

Un encajonamiento con bordillos a ambos lados, sin márgenes de seguridad, con una banda de rodadura de apenas 1,30 metros (65 para cada dirección). Esto no es un carril bici, esto no es una vía ciclista, esto no mejora la seguridad de los ciclistas ni siquiera en el tránsito, esto simplemente es una chapuza. Como analizaba hace unos días, la calle, con un sólo carril con una circulación moderada y una velocidad siempre inferior a 30 kms/hora, no requería la segregación del tráfico ciclista. Como mucho se podía haber habilitado un carril a contramano para ofrecer un atajo a los ciclistas.

Ha pasado ya un mes desde el trágico incidente y aquí no ha pasado nada.

Simplemente, denigrante.

4 comentarios:

  1. Eneko, desengáñate. Esto sí es un carril-bici y, por eso, no mejora la circulación ciclista. Por esas mismas vías, con esos problemas y más, el ayto. de Sevilla, Acontramano y ConBici están más que contentos. Siguiendo los criterios de diseño recomendados en todos los manuales, como el de Alfonso Sanz.

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  2. Otra cosa es una vía ciclista en un parque urbano. Que, por otra parte, el que mencionas es bastante estrecho. Por lo que debería tener una señal de límite de velocidad. Hay que tener en cuenta que ahora mismo no tiene un uso masivo. Sin embargo, peradójicamente, los problemas de vías de esta anchra aumentan conforme aumenta el número de ciclistas.

    Una vía ciclista urbana de calidad es aquella unidireccional, de 2,5 metros de anchura, en la calzada, a la izquierda del carril-bus (si lo hubiera), sin separación física para qe el ciclista pueda abandonarlo y girar a la izquierda y de uso compartido por todos los vehículos 30 metros antes de un giro a la derecha. (es decir, un carril "normal" de la calzada en sí misma)

    En zona interurbana, con hacer arcenes limpios y transitables de más de 2 metros por cada sentido es suficiente. Así como acondicionar los caminos rurales existentes.

    Saludos

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  3. "Esto no es un carril bici, (...) esto simplemente es una chapuza."

    Un poquito de por favor, Eneko. El discurso ese de "si me gusta es un carril-bici, y si no me gusta no lo es" a lo único a lo que mueve es a la risa.

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  4. Los "carriles bici" de esta nuestra ciudad son una auténtica chapuza. Vergüenza me daría a mi salir en el periódico autoalabandome por haber construido eso...
    Encima, los conductores de coches son unos hijos de p..., parece que disfrutan haciendote parar a ti mientras ellos pisan el acelerador.

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