martes, 15 de junio de 2010

La importancia de integrar a los ciclistas en el tráfico

Quiero hacer referencia a este documento que he extraido de Dual Chase Productions, una iniciativa que produce materiales educativos para la seguridad vial ciclista. Denominado Equitable Bicyclist Planning and Design, algo así como Planeamiento y Diseño Equitativos para Ciclistas.

Toda una guía que va más allá del puro diseño de vías ciclistas y analiza las distintas casuísticas de la circulación a bordo de bicicletas en los distintos tipos de vías desde el punto de vista de la seguridad, entendida ésta como defensa de la integridad del ciclista a través de la reducción de las situaciones de riesgo.

Me parecen especialmente clarificadores los videos y realmente valiosos los gráficos que incluyen en los que se compara el nivel de seguridad que aportan las distintas opciones de circulación en las diferentes situaciones.

Una conclusión: las vías separadas o segregadas no pueden reemplazar las habilidades en un cruce. O dicho de otra manera, que circular en el tráfico debidamente entrenado y con comportamientos adecuados mejoran la seguridad de los ciclistas en los espacios urbanos.

Me parece realmente esclarecedor de algunas situaciones de riesgo que ocurren al segregar a los ciclistas del tráfico rodado.

Otra reflexión sobre un nuevo orden urbano: el ejemplo de Seul

lunes, 14 de junio de 2010

El día después del Día de...

Estamos demasiado acostumbrados a las celebraciones. Tanto que muchas veces es más importante la propia celebración que el motivo que la origina. Somos así. Y los poderes lo saben. Saben que es más interesante celebrar el Día de la Madre que reconocer sus derechos y sus reivindicaciones. Lo mismo podríamos decir del Día del Trabajador, del Día del Medio Ambiente, del Día de... qué más da. Hay días para todo.



El que me ocupa hoy es el Día de la Bicicleta. Cada uno tiene sus debilidades. Estamos inmersos en fechas en las que cientos, miles de parroquianos se reúnen para celebrar... ¿realmente qué?. ¿Qué se celebra en el Día de la Bicicleta? No lo sé. Quizá el propio hecho de reunirse para celebrarlo. Resulta cuando menos inquietante que la gente hoy en día necesite que le organicen la oportunidad de agruparse para dar una vuelta en bici. Sin eslogans, sin reivindicaciones, sin más motivo que ir. Con ese motivo se pueden llegar a juntar 200, 500, 3.500 o 12.000 personas. Sin fiesta, sin programa, sin más.

El problema no es querer festejarlo. No. Ni siquiera querer juntarse. Es un acto de sociabilización, de masificación. Y eso genera alegría. El sentimiento de colectividad, la emoción del grupo, la ilusión de partipación, el pálpito del apelotonamiento... son sensaciones que no se pueden negar a nadie.

El problema es que muchas veces, la mayoría, el reconocimiento acaba ahí. Y suena a autojustificación. Porque al día siguiente todo sigue igual. Con el Día de la Bicicleta pasa lo mismo. Durante un par de horas los participantes viven la ilusión de que la ciudad es el reino de la bici, que se puede circular por ella con tranquilidad porque no hay coches (los han quitado), que se llega en pocos minutos de un extremo al otro de la ciudad, de nuestra ciudad, que es bonito, que es divertido, que es fácil, que es emocionante.

Pero el día después todos o al menos la inmensa mayoría están dispuestos a volver a rendirse a la evidencia de que eso fue un espejismo y que la ciudad es para los coches. Y que no la entienden sin coches, sin su coche, sin su estrés, sin su agresividad, sin su competitividad, sin su aislamiento, sin su frustación. Pero como otra vez es una sensación colectiva se vuelven a sentir reconfortados.

Un día después en el que se podría empezar a construir una realidad diferente de acuerdo con una lógica diferente. Una ciudad diferente en la que las bicicletas tuvieran un reconocimiento como vehículos deseables, con espacios prioritarios. Donde se empezara a recortar derechos a los que restan derechos a los demás. Donde se empezara a educar en unos nuevos valores que dieran la oportunidad a nuestros menores de elegir otra forma de moverse, de relacionarse, de jugar. Sin miedo, sin prejuicios.

Hoy es el día después.

domingo, 13 de junio de 2010

Seguridad vial en bicicleta



Llevo cerca de 20 charlas en un año sobre "Seguridad vial en bicicleta". La mayoría de ellas dirigidas a niños y chavales menores de 18 años. En ciudades y en pueblos, todos ellos de Navarra. Es interesante explicar que andar en bici es fácil y que la seguridad depende, sobre todo, de la visibilidad. Hablamos de seguridad pasiva y seguridad activa. De luces, de reflectantes, de frenos, de cambios, de ruedas, del casco... Del contacto visual, de mirar conductores y no coches, de señalizar las maniobras, de seguir las normas de circulación...

Pero, curiosamente, el argumento más repetido por resultar más evidente es la VISIBILIDAD y su relación directa con la CIRCULACIÓN EN CALZADA y con la OCUPACIÓN DE UN CARRIL EN CIUDAD. Ocupar un carril, en el sentido de la circulación, es más allá de un derecho que hay que reconocer a los ciclistas en la ciudad, una necesidad para mejorar su seguridad y demostrar de una vez por todas que las bicicletas son vehículos que no sólo tienen derechos y obligaciones, sino que hay que reconocerles una prioridad por ser especialmente beneficiosos para el entorno urbano.

miércoles, 2 de junio de 2010

¿Carril bici?

Son imaginaciones mías o empieza a haber un incipiente movimiento que cuestiona el carril bici (por llamarlo de alguna manera) como herramienta única, necesaria y suficiente para conseguir que gente que normalmente se desplaza en coche lo empiece a hacer en bicicleta. En otras palabras, empieza a haber un discurso más allá de subculturas y contraculturas que se opone a ese terrible eslogan que tanto daño ha hecho en nuestros pueblos y ciudades. "Carril bici YA".

A los hechos me remito. Siempre han persistido, para escarnio de los "segregacionistas" (aquellos que quieren circuitos exclusivos y separados del tráfico rodado para ciclistas) unos cuantos locos que han defendido que lo más conveniente para andar en bici por la ciudad es "saber circular con respeto, dignidad y seguridad" y que no hacen falta grandes infraestructuras viales ni normas inverosímiles sino una cultura del uso de la bicicleta (sobre todo entre los más jóvenes) y soluciones de aparcamiento adecuadas. Ejemplo de estos "reaccionarios" pueden ser Ciudad Ciclista. Los demás, cegados por la luz de muchas señales con logos de bicicletas que recogían sus reivindicaciones históricas "cayera quien cayera". ¿Peatones? También.



Pero el caso es que en las últimas semanas algo está pasando que me tiene realmente intrigado. Empezó con noticias sueltas (varias de ellas con declaraciones de representantes de asociaciones ciclistas importantes):
Y acabó con este titular:

Yo también había prevaricado algo en el Congreso de la Bicicleta de Lleida como ya quedó claro en un post anterior. Pero la guinda, la han puesto dos informes: por un lado los Datos de Movilidad de 2009 del Ayuntamiento de Barcelona, que demuestran que los dos grandes pilares multimillonarios en los que se ha basado la promoción de la bici en nuestro país (carril bici y bici pública) no dan buenos resultados, y por otro un estudio de la ADFC (Federación de Ciclistas Alemana) donde se recomienda huir de la segregación como norma para mejorar la seguridad de ciclistas y peatones... en Alemania.

Algo está cambiando a nuestro alrededor.

martes, 1 de junio de 2010

Miedo ¿inseguridad, peligro... o interés?

En este tema de la ciclabilidad hay una cuestión que siempre se pone en juego para justificar la escasez de ciclistas en nuestras calles: el miedo. Miedo al tráfico, miedo a circular en bicicleta por algo que no sea un circuito protegido, miedo a ser atropellado, miedo a la lluvia, al frío, a mancharse, a sudar... El miedo, ese amigo íntimo tan popular, tan privado y tan público, tan interesado y tan interesante. Miedo a los demás, a la calle, a lo desconocido, a la incertidumbre.

Un miedo que no se basa en el peligro sino en la inseguridad. O mejor dicho en la percepción de inseguridad. Y en esto de la ciclabilidad, la inseguridad de andar en bici con los coches es algo tan irracional como antinatural. No está relacionado con el peligro, es decir, con la conservación de nuestra integridad. No. Es algo más oscuro, más siniestro. Es una visión, un fantasma que no nos deja ver que lo verdaderamente peligroso y mortal es andar en coche o en moto, no andar en bici.

Y mucho menos, andar en bici en el tráfico. Como uno más. Actuando e interactuando, ocupando nuestro espacio, siendo visibles, defendiendo nuestro derecho, nuestra condición. De hecho, está demostrado que la mayoría de los accidentes en los que se ven involucrados ciclistas, sobre todo en espacio urbano, ocurren en pasos peatonales e incorporaciones desde carriles bici o aceras. Prácticamente no hay atropellos de ciclistas por alcance. Es una pena, porque llevamos muchos billones gastados en construir infraestructuras para "separar a las bicicletas del tráfico hasta que éste se pueda calmar" y no nos hemos dado cuenta que la mejor manera de calmar el tráfico es contar con muchos vehículos de velocidad lenta en nuestras calles.



Claro que hace falta más respeto, más comprensión, más empatía... más civismo entre todos automovilistas y ciclistas, ciclistas y peatones, automovilistas y peatones, pero el camino no está en segregar a los más débiles sino en mejorar las condiciones de su integración. Buscar espacios compartidos, hacer ciudades más amables, más humanas, más habitables.

El problema quizá sea que todos nos encontramos seguros con nuestros miedos... y eso es lo que nos hace más "auto-inmovilistas" ¿o no?

Los costes del transporte en la salud



La American Public Health Association ha publicado un informe titulado "The Hidden Health Costs of Transportation" (los costes ocultos del transporte en la salud) que resulta realmente revelador de las consecuencias e implicaciones valoradas en billones de dólares que el estilo de vida dependiente del automóvil supone a la economía estadounidense cada año. Obesidad, accidentes y enfermedades producidas por el deterioro ambiental provocadas por una lógica de motorización, dispersión y grandes infraestructuras para los coches.