La luz es ese fenómeno físico que nos permite ver. Pero cuando la luz es demasiado intensa acaba cegándonos. Por eso, hay veces que, para poder ver, lo mejor es evitar mirar directamente al foco que emite la luz y conformarse con los reflejos que nos permiten adivinar y comprender la realidad que nos rodea.
Lo mismo ocurre con el entendimiento y las fuentes de conocimiento. La capacidad de comprender depende de la cantidad y de la calidad de la información a la que nos exponemos. Cuando nos enfrentamos a algo demasiado denso o demasiado caudaloso, nuestra capacidad de comprensión se bloquea por saturación. Hay que procurar entonces distanciarse de la fuente y empezar a masticar cada trozo de información para poder digerirlo y no empacharnos.
Con el fabuloso documento que han presentado algunas de nuestras mejores lumbreras en lo que a movilidad se refiere bajo el título de Las Cuentas Ecológicas del Transporte pasa un poco eso. Que de tan denso, tan prolijo y tan profundo, nos deja deslumbrados, aturdidos intentando desgranarlo, intentando comprenderlo.
Este informe, que pone de relieve los vicios y los vacíos que presenta el análisis de la contabilidad de los gastos relacionados con el transporte, contando todos los medios y los modos de transportar, ha sido editado, como no podía ser de otra manera, por Ecologistas en Acción y puede leerse y descargarse aquí.
Su lectura es espesa a pesar de haber sido redactado con un estilo impecable, propio de maestros como Alfonso Sanz y todo el equipo de Gea21, lo que hace que requiera un interés especializado. Pero hay detalles y apartados que son realmente reveladores y arrojan luz sobre cuestiones que son tan obvias como olvidadas.
Hemos seleccionado unos pocos gráficos, a modo de aperitivo, que nos parecen especialmente ilustrativos y clarificadores de una realidad que nos cansamos en denunciar de manera argumentativa, pero sobre la que hacen falta datos e imágenes esclarecedoras. Estos son sólo algunas de las más significativas.
Que sirvan para abrir boca. Porque hay tantos bocados como estos que podríamos empacharnos si intentamos ingerirlos de una sola sentada.
En letra, nos quedamos con este extracto recogido en las conclusiones del documento:
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