Nos gusta apelar al sentido común cuando nos parece que las cosas empiezan a desquiciarse o que las polémicas empiezan a acalorarse. Hablar de sentido común es como reclamar lógica y raciocinio, es un recurso vago y que se presta a todo tipo de interpretaciones, es un recipiente en el que cabe todo, porque no precisa nada.
El sentido común, también conocido como subconsciente colectivo, sirve, sobre todo, para soportar cualquier opinión y cualquier proposición con el único condicionante de que sea poco precisa y que no sea categórica. El sentido común debería ser mayoritario y buscar el bien colectivo, sin embargo, las personas que recurren a esta figura normalmente buscan justificar sin necesidad de argumentar sus posturas.
El caso de la bicicleta es especialmente ilustrativo. Cuando alguien quiere dar cobertura a cualquier medida o a la ausencia de esta, aunque sea una barbaridad, apela a este sentido, sobre todo cuando hablamos de la reglamentación de su uso. El sentido común se suele esgrimir para tratar de justificar que no hace falta tomar ninguna medida porque la gente ya sabe lo que hay que hacer y lo va a hacer bien.
Un ejemplo: la circulación por aceras y otras vías de alta densidad peatonal. Otro: hacer la vista gorda o atajar la intimidación sistemática que muchos ciclistas ejercen sobre la gente que camina, pasea o está en lugares libres de circulación. Hay más: hacer carriles bici de cualquier manera y en cualquier sitio o prescribir la circulación por la calzada sin más.
El sentido común no ha guiado la mayoría de las actuaciones que se han realizado en la mayoría de las ciudades en las que la bicicleta no formaba parte de la realidad mas que de una manera testimonial. Y no lo ha hecho simplemente porque no había sentido común, porque la bicicleta era marginal, minoritaria. Y lo continúa siendo.
Es por eso que ese llamamiento al sentido común no funciona cuando se quiere impulsar una opción minoritaria en una sociedad, simplemente porque no es común y para argumentarla hace falta hacer un ejercicio didáctico, una culturización de lo que esa elección conlleva, una introducción a su práctica y a los beneficios inequívocos que aportará su ejercicio.
El único sentido común reconocible alrededor de la bicicleta como opción de movilidad es el miedo, y el miedo nunca es buen consejero cuando se quiere actuar, porque el miedo sólo paraliza y nos hace irracionales, incapaces de valorar razonamientos por más lógicos que estos sean.
No nos olvidemos de ello cuando tratemos de recomendar una actuación relacionada con la bicicleta o con cualquier otro agente minoritario. No hay experiencia suficiente en nuestra sociedad en el uso de la bicicleta y por eso no hay sentido común. Aunque resulte algo soberbio y hasta despótico, habrá que confiar en el buen criterio de unos cuantos que, aunque sean tomados como ilusos, pueden, con su experiencia y su visión holística de la ciudad, del entorno, de la movilidad y, en medio de todo ese sistema, de la bicicleta, confeccionar planes de actuación para dar oportunidades reales a este medio de locomoción. Si no andaremos dando tumbos y reclamando el sentido común para deshacer los entuertos. Como hasta ahora.
me la suda el sentido común
ResponderEliminarlo que hace falta en este país es menos infraestructuras y más educación, nada más y nada menos.
lo que hace falta es más creatividad, innovación, amor por la cultura y menos pedanteria.
¿tu sabes por que los daneses van en bici y nosotros no?
Te recomiendo un sencillo ejercicio (no te va a quitar mucho tiempo)
Ves al la wiki y mira el número de habitantes de Dinamarca y el de España.
a continuación, mira el número de premios nobel de Dinamarca y España.
por ejemplo ¿sabes que la física cuántica no existiría sin ese pequeño pais y Niles Bohr?
pues eso, menos sentido común y más educación.....
¿Entonces las síntesis del ARN no se hubiera descubierto si no hubiera existido el pueblo de Luarca? Es uno de los argumentos más estúpidos que he leído. Y mira que me dedico al escepticismo y desmontar pseudociencias.
EliminarLos daneses van en bici y nosotros no entre otras cosas porque la crisis del petróleo del 73 les pillo con un montón de coches, no como aquí, entre otras muchas causas. La falacia del Nobel es de nota.
Vaya razonamiento para acabar diciendo que escuchemos al iluminado. No resulta soberbio o despótico, es soberbio y despótico.
ResponderEliminarCon respecto al miedo. Es un argumento que utilizas sin parar y tampoco tiene mucho de racional, te sirve para no explicar y no demostrar con datos tus ideas.
Me gustaría saber cúal es tu propuesta (si es que tienes algo que aportar) y cuáles son tus datos (si es que los tienes). Y permíteme recordarte que no es tanto un problema de datos como de cultura y de decisión política de restringir el uso del coche en nuestras ciudades.
EliminarY efectivamente el miedo está ahí como excusa universal (y no lo digo yo).
El miedo existe, de eso no hay duda, y es lo que echa para atrás a muchos. Más que el frío o la lluvia o las cuestas, lo que frena el uso masivo de la bici (por ejemplo para ir al trabajo, universidad o colegios) es el miedo al tráfico motorizado.
Eliminar¿La solución?
Pienso que cada calle es distinta, por lo que no hay soluciones homogéneas.
En algún caso lo mejor será no hacer nada. En otros, carril bus-bici. En otros, carril segregado. Depende de la calle.
¿La solución? Ayudar a quitar el miedo de las mentes, digo yo. Pero, ¿dependiendo de la calle? ¿Cómo? ¿cuanto más miedo, más segregado? Vaya solución.... ¡vamos a hacer una medición del miedo! ¿consideras que ese miedo es racional? ¿Hacemos adaptaciones personales según el miedo de cada persona?...
EliminarY, si fuera poco guiarse por el miedo para apoyar la construcción de infraestructuras de la cultura del cementazo con la que siempre ganan los mismos, encima son por definición anómalas, estrechas y peligrosas (además de ser obligatorio su uso).... Si es que cuando topamos con el miedo, las "soluciones" son como las religiones.... hay que tener fé en la nueva infraestructura que ha llegado para salvarnos.... para continuar con mi miedo, para continuar siendo dependiente de los políticos, técnicos y expertos que están aquí para salvar mi alma.... Hermanos, no podemos dejar que el pueblo ciclista llegue a ser algún día autónomo y mayor de edad.... hay que sobreporteger a estas pobrecitas criaturitas.... por Dios.
Tu argumento, JC, es muy válido para gente fuerte, joven, con reflejos, héroes de la bici. ¿Pero qué hay de los más débiles, los chavales o los mayores? Hay una iniciativa (busca en Google) de "ciudades 8-80", poder ir en bici entre esas edades, chavales también, y personas ya con capacidades disminuidas.
EliminarPongamos como ejemplo la Castellana de Madrid: 15% de la anchura es de los peatones, 10% de zona verde y 75% de la anchura para tráfico a motor (circulando o aparcado). Con esa calle y no vería ningún problema en quitar un pedazo a los coches y dárselo, en exclusiva, a la bici. De lo contrario sólo los héroes como tú podrán circular.
¿Dentro de 20 años? Quizá / ojalá la situación sea distinta, Hoy, me temo que no.
el sentido común es el menos común de los sentidos
ResponderEliminarMuito bom o post!
ResponderEliminarMuy interesante. Leyendo tu blog creemos que compartimos pasiones.
ResponderEliminarSensacional!
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