martes, 5 de julio de 2011

Muerte por la vía rápida

Hoy he sabido de la muerte de otro peatón. Peatona. En un paso de peatones. Por el despiste de un conductor. Conductora. Que no le vio. Que no le dio tiempo a verla. Por ir rápido. Demasiado rápido. Terrible. Real. Como la vida. Como la muerte.

No es el momento de analizar las causas y las circunstancias exactas de este accidente. Pero sí el de reflexionar otra vez más (las que hagan falta) sobre la forma en que nos desplazamos en la ciudad. Sobre la importancia de la velocidad en la peligrosidad y en la gravedad de los accidentes cuando estos se producen. Ahora precisamente que se ha recuperado la velocidad punta en carretera.

Campañas como esta son las que no ayudan

Ahora es el momento de preguntar de nuevo dónde se ha quedado el propósito de reducir la velocidad en las zonas urbanas que a bombo y platillo anunció la DGT como elemento clave para mejorar la seguridad de los más indefensos, es decir, de peatones y ciclistas. La vía en la que se produjo este accidente es una de esas vías a las que hubiera afectado esta limitación, ya que sólo cuenta con un carril por dirección. A 30 kms/hora probablemente esto no hubiera sucedido.


No es el momento de lamentarse, es el momento de reaccionar, de exigir. Las promesas no sirven. No más apología de la prisa, no más prevendas a la movilidad motorizada, no más culpabilización de peatones y ciclistas. Sin peatones no hay ciudades posibles. Todos somos peatones. Los pasos de peatones no garantizan la integridad de los mismos, así hay que ponerse manos a la obra para mejorar la seguridad de los que vamos a pie.

Hay cosas sencillas como defender más los pasos peatonales, ampliarlos, eliminar plazas de aparcamiento contiguas, adelantar las plataformas de acceso a los mismos, elevarlos, anunciarlos, iluminarlos... pero hasta que no se trabaje de una manera definitiva sobre la causa del peligro, todo serán parches. La causa es la velocidad de circulación de los coches, la falta de prevención de muchos conductores y la escasa educación vial generalizada.


Hoy no son las bicis, porque los que hemos elegido ese modo de transporte de manera prioritaria, también andamos, como los demás. Aunque, por desgracia, muchos de los que circulan en bicicleta lo hacen por las aceras y por carriles bici invisibles para el tráfico y se juegan el tipo cuando se cruzan desde esas plataformas. Así que también va por ellos.



Lo digo el mismo día que me he enterado que, en mi ciudad, el nuevo gobierno local ha decidido eliminar dos direcciones generales y sólo dos: Movilidad y Educación. ¿Coincidencia?

3 comentarios:

  1. A mi me gustaría hacer un inciso. Soy peatón, ciclista y conductor, y por eso de ser lo primero y lo segundo extremo las precauciones cuando hago de tercero, y no me ha pasado ni una, ni dos, ni tres veces de no ver a algún peatón, que por otro lado, se lanzan a cruzar sin mirar, por culpa del pilar lateral izquierdo del parabrisas.

    Tengo un coche que se ha vendido un montón, un utilitario de seat muy común por nuestras calles, y porque siempre voy a una velocidad controlable... si no, más de un susto hubiera tenido.

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  2. Creo que es el momento, no por esta noticia en concreto, de plantearse una reducción importante de la circulación de los coches en las ciudades.
    Muy buena entrada.

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  3. Eneko, no se como hacerte llegar esto, te lo pego aqui.

    http://www.toxel.com/tech/2011/07/03/bicycle-repair-station/

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