martes, 29 de noviembre de 2011

Facciones ciclistas

Estamos presenciando algunos movimientos ejemplarizantes en varios municipios encaminados a intervenir en los inconvenientes que están provocando los de la bici en las aceras (y en general en las ciudades) y devolver las cosas a su sitio, al orden. Tratando de poner en evidencia la intencionalidad en el tratamiento del tema por parte de los medios y lo desorbitado del asunto, me permití la licencia de hacer un artículo en tono irónico al respecto, procurando sacar las cosas de quicio para denunciar la locura de realidad que vivimos. Un artículo más de tantos.

El resultado no ha podido ser más desalentador. He podido comprobar (otra vez) que la cosa es bastante más triste de lo que cabía imaginar. En medio de una situación especialmente delicada como es la actual, en que la masa crítica de ciclistas está en las aceras, habiéndoseles deshabilitado de facto en las calzadas por aclamación popular mediante la fórmula más vieja de la estrategia militar, aquella que dice que si sacas al enemigo de su territorio natural lo harás más vulnerable, ahora, precisamente ahora que la unidad en las filas ciclistas resulta imprescindible, observamos que ocurre todo lo contrario.


Y mientras unos se empeñan en demostrar sus razones a base de trayectoria y dedicación desinteresada, otros se encierran en planteamientos unívocos e indiscutibles. Y las posturas, más que indiscutibles, son innegociables y se vuelven irreconciliables. Ciclistas vehiculares que se consumirán en el fuego eterno si pisan un carril bici, carrilbicistas y cicleatones que morirán fulminados si circulan un trayecto por la calzada, la gente que no se viste para andar en bici, los que para andar en bici se disfrazan, los históricos, los advenedizos, los defensores de la infancia y la senilidad en bici, los aguerridos integristas del cualquiera por cualquier sitio... y los bicikafres, cada uno atrincherado en su compartimento estanco defendiendo su lógica a capa y espada.

Los unos por los otros, la casa sin barrer que diría mi abuela. Este enquistamiento que por la dialéctica parece más un enfrentamiento que otra cosa es la situación más deseable para un hipotético enemigo de los ciclistas que habría logrado sin quererlo una de las condiciones más interesantes en cualquier batalla: tener al enemigo dividido. De hecho, y volviendo a la estrategia militar, con las huestes ciclistas no hace falta perder el tiempo con el divide y vencerás, basta mantenerse en el déjales que se maten entre ellos. Los de Ciudad Ciclista contra los de ConBici, los ciclistas deportivos contra los no deportivos, los del carril bici contra los de la calzada, los infraestructuristas contra los educacionales, los del alleycat contra los de la bicicrítica, los listos contra los legalistas... y así hasta el aburrimiento.

Creo que ya va siendo hora de superar viejas rencillas, olvidar desencuentros, ceder posiciones, aborrecer pandillismos, bajarse de poltronas y renunciar a enroques históricos, para replantear estrategias e identificar nuevos retos, dejando de lado personalismos infantiles. Sé que es una pretensión, pero creo que ya va siendo hora de unir fuerzas para tratar de conseguir un consenso mínimo entre los que estamos en esto de que la bicicleta en la ciudad tenga sus oportunidades. Porque el mira ese, el ya te dije o el piensa mal y acertarás no nos van a llevar a ninguna parte y sólo van a generar un mayor enconamiento, más desilusión y mayor impotencia.

Para ello van a hacer falta buenas dosis de entendimiento, respeto, dignidad y sentido del humor, mucho sentido del humor, que ahora mismo es lo que más se echa en falta en la arena ciclista.



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9 comentarios:

  1. A cualquiera de la vieja escuela carrilbicista o a cualquier técnico que vive de construir carriles-bici al que le proponemos un debate sobre esta infraestructura, se le ponen los pelos de punta y nos tacha de indeseables. Estamos tratando desde hace 5 años abrir el debate y nadie quiere escucharnos, nadie quiere saber nada sobre la multiplicación de riesgos que provoca el carril-bici, ni de la prohibición de usar la calzada cuando existe, ni del fomento del uso de la acera que acarrea, ni de la no reducción del uso del coche que conlleva. Los que no quieren abrir el debate son los que están en la élite de la representación ciclista y los que ya han conseguido varios kilómetros de carril-bici en su ciudad... no quieren volver atrás y reconocer sus errores, tal y como nosotros los reconocimos en su día cuando incoscientemente también fuimos carrilbicistas.

    Saludos

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  2. Por el carril-bici bien hecho no es posible circular en condiciones de seguridad (según los manuales existentes para su diseño) a más de 5 ó 10 Km/h, ni puede albergar a una modesta densidad de ciclistas. Y, además, tenemos la obligación de circular por él (social y legalmente: artículo 36.1 del reglamento y numerosas ordenanzas municipales). Por lo tanto, el que pide carriles-bici está pidiendo la limitación y restricción de mi movilidad o, por decirlo de otra manera, está pidiendo que me estrangulen.

    Mientras no tengan en cuenta esta consideración, que no tienen intención ni de escuchar ni de estudiar ni de leer, ¿cómo vamos a llegar a acuerdo alguno?

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  3. Mira, Eneko: tus intentos versallescos de repartir culpas salomónicamente no te van a llevar a ningún buen puerto. Esto no es un tema de "facciones" en torno a problemas ideológicos complejos en los que puede haber docenas de puntos de vista inescrutables y mareantes. Esto es una discusión en torno a un problema perfectamente definido que nosotros hemos intentado siempre acotar con toda claridad precisamente para hacer posible la discusión y el acuerdo, y que los carrilbicistas han estado siembre intantando sembrar de confusión, mezclando churras con merinas: lo urbano con lo interurbano, los niños con los atletas, la seguridad con la conveniencia, la ideología con la practicidad y sus pajas mentales con todo lo anterior. Y todo ello lo han estado haciendo (los carrilbicistas) con el clarísimo propósito de enturbiar el tema e imposibilitar la discusión y el acuerdo. Así que haznos el favor de no ponernos a unos y a otros en el mismo nivel, Eneko, porque aquí, gracias a Zarquon, aún hay clases. ¿Vale?

    Aquí no hay un problema de "facciones". Aquí lo que hay es un colectivo ciclista completamente enloquecido por una alucinación ideológica demencial creada artificialmente, y dentro de ese colectivo una élite de activistas de chicha y nabo que alimentan o consienten esa alucinación porque les viene muy bien para apuntalar sus (diminutas) carreras carril-políticas. Porque sin el "Carril-bici YA!!!" esa gente no serían nada de nada.

    Y el nivel de conflicto que se está desarrollando tampoco es una cuestión de "facciones". El nivel de conflicto es simplemente el resultado de un cuadro intelectual colectivo completamente kafkiano que se ha ido enquistando durante treinta años sin que aparentemente tuviese las agallas de ponerse de pie ante la tribu y decir en voz alta y clara la puta verdad: que el emperador está desnudo. Así que este nivel de conflicto no es mas que la ejecución a velocidad explosiva de todas las discusiones que tendrían que haberse desarrollado, reposada y honestamente, durante los últimos treinta años: si durante todo ese tiempo el problema se hubiese debatido decentemente, ahora no estaríamos aquí.

    Esto no es una cuestión de "facciones". Decir la verdad no es ser una facción. Se siente, Eneko. Vas a tener que hilar más fino (o quizá menos fino, según se mire).

    Relevante a esto:

    http://bicilibre.wordpress.com/2009/12/15/debate-tecnico-ideologico/

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  4. Me ha gustado mucho tu artículo y da lugar a la reflexión. Pero es muy sintomático leer los comentarios que llegaron ayer. Yo personalmente me siento muy incómodo si mi forma de ver el problema del transporte en la ciudad está representada por ejemplos como estos dos. Y lo curioso es que estoy bastante de acuerdo con algunas de sus propuestas, no con otras. Pero me repatea ver su forma de venderla. Esos aires de superioridad y esa forma de menospreciar a los otros colectivos es vergonzosa. No me cuadra con un movimiento pro-bici, defienda éste el punto de vista que defienda. Ni aunque estuviese de acuerdo al 100 por 100 con ellos en sus razonamientos, me apuntaría a su "facción". Encima de la bicis van personas que toman decisiones basándose en sus características propias, edad, género, habilidad, seguridad, etc. y no carrilbicistas, cicleatones, activistas de chicha y nabo (evito las flores más fuertes que le he leído yo a estos y a sus colegas). El que no sabe estar enfrente del teclado, tampoco lo sabe sobre las dos ruedas.

    Por supuestos que sería ideal una unión de criterios y un debate sano. Pero no es eso lo que estoy viendo. Y me jode.

    A mi no me representan.

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  7. yo no creo que sea un tema de facciones. Para mi , siempre he dicho y he pensado que vamos en el mismo barco. Es mas, que hay mas cosas que nos unen que nos separan......

    Pero hay una serie de personajes, que argumentan cosas bastante lógicas... pero con muy malas formas. Cayendo en el insulto, la burla, el desden..... en fin, muy lamentable.

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  8. Como está el patio... Os voy a contar como vé todo esto un ciclista deportivo, urbano, que ha trabajado como mensajero, cicloviajero, que generalmente utiliza la calzada aunque no tenga empacho en utilizar un trozo de acera o carril bici si es menester, que ha corrido unos cuantos alleycat y... que vé como esto del movimiento social pro-bici (por llamarlo de alguna manera)ha llegado a una situación de enconamiento absoluto. Esta situación aburre y dá lástima, pero sobre todo, me parece que mientras hay enfrentamiento entre ciclistas, otros están estrechando los límites de la libertad que nos dá una bici. Y eso me jode y me preocupa. Y me parece que es hora de unir fuerzas y relajarse un poco.

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  9. A mi no me representan.

    Evidentemente que no os representamos, querido. Nadie con un mínimo de respeto por sí mismo intentaría erigirse en representante de gente como tú.

    (¿Mejor así, Eneko?)

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