jueves, 7 de abril de 2011

¡El carril bici no es la solución!

Este artículo no es mío, como no lo son las imágenes elegidas para ambientarlo. Es de Asociación Ciclista Almansa en Bici y fue publicado el 4 de Abril en El Periódico Digital de Almansa. Lo transcribo literalmente porque creo que recoge muy adecuadamente un discurso que es muy importante que todos, pero sobre todo los que queremos andar en bici, tengamos bien interiorizado. No tiene pérdida.

Existen muchos mitos que rodean el uso de la bicicleta. Mitos que se vuelven excusas en algunas ocasiones como es el caso de la necesidad de estar en forma para usar la bici, el mal tiempo, etc.  La redacción de este artículo viene motivada por la idea general existente en la sociedad de la necesidad de crear un carril bici para poder usar la bicicleta en la ciudad.

Cuando pensamos en bicicleta, inconscientemente nos viene a la cabeza la necesidad de crear vías de tránsito exclusivamente ciclista, probablemente porque ya se separan a vehículos y peatones, en una separación que ha hecho más daño del que parece.

Me atrevo a dudar de la utilidad real de los carriles bici, debido a los siguientes motivos:
  1. Separa a bicicletas de vehículos motorizados. Por lo tanto, los coches siguen circulando a la máxima velocidad, con el consiguiente peligro para los peatones. Tampoco ayuda a que estos vehículos se acostumbren a la presencia de bicicletas.
  2. Requieren una red de carril bici que conecte la periferia con el centro y que una los principales puntos de la ciudad. Esto requiere una inversión altísima, lo que hace a los Ayuntamientos hacer tramos inconexos entre sí, lo que provoca que no se use lo suficiente por parte de los ciclistas y como consecuencia, la gente duda de su utilidad y piensa que dicho dinero podría haberse utilizado en algo más útil.
  3. Necesitan estar bien diseñados. Además de crear una red lógica y conectada entre sí, su diseño es importantísimo. No basta con pintar rayas en el suelo. Ha de estar separado con barreras físicas ya sea del resto de vehículos o de los peatones. En este último caso, son muy famosas las “aceras bici” que se realizan quitándole espacio al peatón y no al vehículo privado utilizando un carril inventado a partir de eliminar aparcamientos. Esto provoca conflictos entre peatones y ciclistas, especialmente teniendo en cuenta que muchos ciclistas no se comportan cívicamente.
La prioridad, por tanto, será la de compartir los mismos viales para todos los vehículos. Es decir que la bicicleta debería circular por el mismo lugar que los coches, ya que:
  1. Es el coche el que debe adaptarse a la velocidad de la bicicleta y no al revés.
  2. Segregar no cumple el objetivo de calmar el tráfico, sino que los coches seguirían circulando a la misma velocidad.
  3. No necesita de grandes inversiones.
  4. Es más seguro de lo que parece circular por la calzada, pero es necesario conocer algunas normas, como la necesidad de circular por el CENTRO de la calzada o de señalizar las maniobras a realizar.
Evidentemente, todos esto expuesto es conveniente contextualizarlo adecuadamente. Decía al principio que una de las excusas esgrimidas para no coger la bici es la falta de un carril segregado, pero leyendo entre líneas esta frase es mucho más coherente si vemos la realidad en las calles.

Y es que hemos normalizado ciertas situaciones que parecen normales, como:
  1. Circular a más de 30 km/h por las calles.
  2. Estacionar el coche y mantenerlo en un lugar durante horas, ocupando el espacio público que debería ser utilizado por los peatones. Esto no ayuda a crear un entorno cómodo para el ciclista y/o el peatón.
Pero analizando el exceso de velocidad en las ciudades, es curioso cómo hemos llegado a tal situación. Sabemos que los coches son peligrosos, que causan numerosos muertos en las carreteras y en las ciudades. Sabemos también que las ciudades son los lugares donde las personas pasan las 24h del día y que por tanto, deben ser los lugares más habitables para vivir, donde la persona y el peatón, deberían tener especial preferencia.

Nuestro egoísmo nos ha llevado a que haya vehículos que circulen a 40, 50 o 60 km/h en las poblaciones, y esto ha acabado matando las ciudades. Las ciudades ya no son seguras, son lugares donde constantemente tenemos que mirar a un lado y a otro para cruzar una calle, donde nos vamos a un parque para buscar esparcimiento porque en el resto de calles no tenemos esa posibilidad,…

En definitiva, la velocidad de los coches es la que hace que una persona que le guste la bici y quiera iniciarse en el ciclismo urbano, haga que no la coja por el miedo a ser atropellada, a que estorba,… lógico y normal. Por lo tanto, es prioritario reducir la velocidad de los vehículos motorizados en las ciudades. La velocidad de estos vehículos no debería ser superior a 20 km/h. De hecho, muchos de los barrios residenciales de Ámsterdam o Copenhague limitan su velocidad a 15 km/h y dan preferencia a peatones y ciclistas. Esta serie de medidas, lógicas y valientes, son las que harán cambiar los hábitos de movilidad.

¿Hasta donde llegaremos permitiendo total libertad a los vehículos motorizados? ¿Cuando dejaremos de poner excusas y actuaremos coherentemente? Por suerte, algo está cambiando en la sociedad y donde es más importante, en las Administraciones (Corporaciones, Gobierno y DGT). La hora de la bicicleta y el peatón ha llegado y el que no lo quiera ver se quedará atrás.

6 comentarios:

  1. ¿Quién puede dudar que la mayoría de los carriles bicis existentes no sólo no sirven para nada, sino que pueden ser contraproducentes? Basta echar un vistazo, quiero decir, basta con verlos: no digamos ya si los utilizamos alguna vez, por supuesto, con el debido cuidado.

    Sin embargo, cuando se dice que hay que circular por el medio de la calzada, ¡maldita sea!... viendo la actitud de no pocos vehículos acorazados (AKA coches) a veces da bastante miedo tomar dicha determinación. Al menos en mi pueblo/ciudad son muchos los impacientes, abusones y atosigantes.

    Así no es de extrañar que uno encuentre en algunos carriles bicis (otros se descartan una vez reconocidos) una especie de oasis, el lugar donde poder descansar de un tráfico que está lejos aún de ponerse en el lugar del ciclista, que, simplemente, se da tanta prisa como puede. Esto, por supuesto, salvando las honrosas excepciones, que también las hay.

    En definitiva, se trata de un asunto de convivencia. Problema que, desde luego, no se soluciona con carriles bici, o no sólo se soluciona con estos. Convivencia, educación, saber ponerse en el lugar del otro: un tema que acaso no resulte imposible, pero, sin duda de muy difícil solución. Baste para corroborarlo cualquier otro ámbito, cualquier otra cuestión humana, si se me permite la pedantería, ¿o es que el hecho de montar en bici nos hace distintos y nos convierte en algo diferente a lo que somos bajados de ella?

    ¡Perdonad el rollazo!

    P.D. Sigo tu bitácora desde que me topé con ella por casualidad y me parece estupenda, Eneko. ;)

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  2. Hola Eneko,
    Leo este blog con mucho interés y me parece un trabajo muy interesante. Me mantiene informado de tú opinión y de muchas otras que compartes via facebook. Pero me da la sensación de que parece que se trate de tomar una postura por una solución u otra. Este no es un problema plano que se pueda solucionar con UNA medida.

    Por suerte, la bicicleta es un vehículo muy polivalente y muy adaptable. Lo lleva mi niña de 3 años para ir al cole y tus compañeros para trabajar; se puede usar para el transporte diario (con agilidad) o para darse un suave paseo charlando con la colega mientras tomas el sol. ¿Cómo y por qué vamos a dar la misma solución a todos ellos?
    El título reza "El carril bici no es la solución" y yo añadiría que "Share the road" tampoco lo es, ni de lejos. Hacen falta ambos, un buen carril bici (no me refiero a la mierda que tenemos) y la posibilidad de circular por la calzada. Porque todos los usuarios y los posible usos que se les den tienen sus derechos.

    No me olvido del tema de los peatones. Está claro que la bici no puede compartir espacio con los viandantes a costa de estos últimos. Si una bici decide circular entre peatones, deberá adaptarse a ellos, no sólo para no atropellarlos, sino para no provocarles la más mínima molestia.

    Llevo muchos años moviéndome con mi bici a diario, por la calzada o por la acera y nunca he provocado un susto a un peatón. En su espacio te tienes que adaptar a su velocidad, esperar a que haya un hueco, saludar como haces cuando paseas. Qué puñetas, como personas que somos.

    Igualmente he tenido la suerte de poder circular con mi bici por varias ciudades europeas donde la bici se usa mucho y donde tienen mucha experiencia en el tema y no veo que haya soluciones excluyentes. Carriles bici en la calzada que luego comparten tramos en la acera no producen mayor problema. Me encantó el artículo sobre el CIVISMO que propusiste en tu blog.

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  3. Carril Bici?
    Una de las experiencias ciclistas mas aterradoras de mi vida fue cruzar la Castellana un viernes en hora punta de Plaza de Castilla a Atocha. Hay que diferenciar entre la arterias de una gran ciudad y las áreas residenciales. De acuerdo en que la velocidad es la clave de la convivencia del tráfico.
    Las soluciones no son exclusivas ni únicas, no es lo mismo una ciudad compacta de 100.000 habitantes que una gran zona metropolitana de millones de vecinos.
    Pero sí, estoy de acuerdo en que la idea del carril bici como panacea es equivocada porque parece retrasar el día del uso masivo de la bici hasta que esta infraestructura esté ejecutada. La reducción de la velocidad del traficxo en la ciudad a 30 Km/h y la habilitación del centro del carril como espacio para el ciclista que prepara ya la DGT en sus borradores puede ser un gran paso adelante.
    No obstante lo principal es que todos dejemos de dar excusas y pongamos ya la bici de todos y de cada uno en la calle. Siempre.

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  4. No te fías de los conductores que pueden verte en la calzada dentro de su campo visual 100 metros antes de estar detrás de ti y, sin embargo, te fías de que ese mismo conductor te va a ver en un cruce en el que el carril-bici o la acera-bici posiciona al ciclista en un ángulo de visión fuera del alcance de este conductor.... Vaya, el carril-bici que gran avance.

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  5. Si, el carril-bici ES el problema. No sólo por sí mismo y por la peligrosidad oculta (sobre todo a quien no quiere verla) que añade, sino por los efectos espantosos que está creando en la cultura de ciclismo urbano y en la mentalidad de los usuarios de bici.

    Mencionemos, ya que estamos en ello, que aparentemente, según los recientes datos de la DGT, en 2009 hubo 13 muertos ciclista en ciudad. Hemos intentado rastrearlos nominalmente, y TODOS los que hemos encontrado, excepto uno que no están claras las circunstancias, se han matado en un carril-bici o en una situación carrilbicista: http://bicilibre.wordpress.com/2011/05/09/accidentes-carrilbicistas-inencontrables-en-prensa-vii Ya es hora de acabar con la carril-farsa.

    El carril-bici ES el primer problema. Que además oculta otros.

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