domingo, 3 de abril de 2011

Bicicleta, cuchara... y tenedor

Ayer tuve el placer de comer con un holandés y un catalán. Dos referentes en esto de la cultura de la bicicleta, no tanto ellos como sus nacionalidades. Holanda como el mayor exponente en Europa y Catalunya en nuestro universo cercano. Hablamos y departimos sobre bicicletas, sobre el futuro, sobre el potencial, sobre las líneas de promoción que se han elegido, sobre lo que falta por hacer.

No les conocía de nada y, sin embargo, estábamos de acuerdo en los puntos básicos: los carriles bidireccionales en acera son una equivocación histórica, las bicicletas públicas son un artificio carísimo que no resuelve la movilidad personal en bici y difiere el tratamiento en profundidad del problema del aparcamiento y de la lucha contra el robo.

Hemos hablado largo y tendido, la comida invitaba a ello. Al final de la sabrosa conversación, con los postres, hemos llegado a las conclusiones. Dependemos de las generaciones futuras, a las que sistemáticamente hemos despreciado. Unas generaciones con ganas de hacer cosas, bien preparadas, que tienen que viajar y que viajan, para dejar de ser tan ignorantes como lo fuimos nosotros. Unas generaciones que manejan mucho más y mucho mejor la información, que toman decisiones, que tienen inquietudes, que son inteligentes, que se quieren diferenciar, que se quieren identificar mucho más de lo que nos creemos.

Mirar al futuro con ilusión

Cartel de la película "Bicicleta Cuchara Manzana"
A esos y a esas, a los siguientes, no les vale cualquier cosa, no tragan con todo y, sobre todo,  no les vale el "más de lo mismo". Con ellas y con ellos, no funcionan las charlas, los panfletos, los carteles y las  manifestaciones. Todo eso es del siglo pasado. Hay que utilizar sus medios, sus canales, sus formatos. A la generación del iPhone, del Facebook, del YouTube o de la televisión digital, hay que enviarles los mensajes por ahí, hay que modernizar los modos a través de los que se transmiten las experiencias. En uno de los últimos estudios realizados entre jóvenes canadienses, éstos preferían tener un iPhone, antes que un coche. ¿No es suficientemente revelador?

También es importante la parte tangible, la real, la que se puede sentir y se puede tocar. Pero curiosamente, y en contra de lo que muchos piensan, ellos y ellas no tienen el miedo que hemos querido inculcar. Porque no tienen la inexperiencia generacional que nos rodea respecto a la bici, porque no están condicionados, maleados por unos temores más fundados en la desconfianza y en el estabilismo que en la realidad. Ellas y ellos necesitan experiencias positivas, sin maniqueismos, sin amaneramientos, sin sobreprotección, sin miramientos, sin prejuicios, sin historias.

Hemos tomado un café, y nos hemos despedido. Queda mucho por hacer... pero es realmente emocionante.

2 comentarios:

  1. Muy buena esta charla, pero me podrias guiar sobre los comentarios de que la bici publica no resuelve el problema y que las rutas bidireccionales no funcionan o son un error histórico. Eso se está haciendo en varias ciudades y parece ser la tendencia. Por qué es un error y cuál es la mejor alternantiva. Felicitaciones por el Blog

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