miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Quién inventó las rotondas?

No es que sea una cuestión central, pero ando dándole vueltas al tema desde hace tiempo al tema. Las rotondas y las rondas representan auténticas barreras para los que andamos en bici y es donde se producen la mayoría de los accidentes graves en la ciudad.

Esto no es nada nuevo. Lo que me sorprende es que ni siquiera respondan a las exigencias de los coches. Porque no lo hacen. Las rotondas, que se inventaron para mejorar la seguridad de las intersecciones, para eliminar semáforos y para conseguir que el tráfico fluya y se redistribuya naturalmente, provocan la mayor parte de los accidentes, sustos y encontronazos de la circulación en el ámbito urbano.

No hablo de las minirotondas de un solo carril, que no presentan ningún tipo de dificultad y ayudan a comprender la prioridad de circulación. Las que preocupan más son esas megarotondas de varios carriles donde la gente se aventura a introducirse no sabiendo realmente si va a salir indemne ni por la salida que espera tomar. Y no ya porque no sepa interpretarlas, sino por el sinfín de vicisitudes que se pueden suceder en tan sólo unos centenares de metros. Salidas desde el carril interior, adelantamientos kamikazes, entradas de ruleta rusa y, lo mejor, embudos que hay que resolver en décimas de segundo porque muchas de ellas tienen menos carriles que las vías que conectan y obligan a decidir la entrada a base de agarrarse fuerte y pisar.

En la prensa de mi pueblo llevan dos días dedicados a investigar el estado de la cosa en relación con estos inventos y la sensación que se extrae de los artículos es que los automovilistas son los mayores detractores de estas infraestructuras. Infraestructuras que, dicho sea de paso, han obligado, en muchos casos y dada la envergadura de las mismas, a hacer obras de reforma para ofrecer unas ratoneras que hagan posible el paso peatonal y ciclista. Porque esos malditos parias de la sociedad también querían llegar al otro lado de la rotonda y los urbanistas que las diseñaron no habían pensado en ello sobre el papel.


Leo en Wikipedia que las rotondas se concibieron inicialmente como islas peatonales, para mejorar su seguridad al afrontar algunos cruces multidireccionales. Ahora son ellas  las que aislan a los peatones formando fabulosas barreras que muchas veces sólo sirven de soporte de propuestas florales o monumentales más que discutibles.

Los ciclistas, esos empecinados en conducir vehículos de segunda, también han encontrado en estas estructuras uno de los escollos más difíciles de gestionar en su devenir urbano, ya que su aceleración, su volumen y su fragilidad los hacen víctimas seguras en caso de accidente. Para ellos, algunas ingenierías han trabajado duramente y han propuesto soluciones cuando menos rocambolescas e imposibles de gestionar y entender por los sufridos automovilistas que bastante tienen con entenderse entre ellos sin colisionar.


En fin. Creo que el "rotondismo" ha sido y es otro de los peores movimientos que se han inventado al servicio de la movilidad motorizada que más daño han hecho a los no motorizados, condicionando sus itinerarios, alargándolos y haciéndolos más peligrosos.

Claro que esto "los de allá arriba" ya lo han resuelto. Maravillas de la ciencia civil:



Los de esta parte, los subdesarrollados, seguiremos intentando ayudar a los pobres ciclistas a interpretar las rotondas en código ciclista...


para tratar de afrontarlas con la mayor seguridad posible.

5 comentarios:

  1. Muy buen artículo, como arquitecto me siento responsable por no colaborar en la inclusión del transporte amigable en el trazado urbano de nuestras ciudades, de apoco seguiremos luchando por la inclusión de los mismos tanto en el entorno inmobiliario privado como en el público

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  2. La idea del carril bici "exterior" a la rotonda que sale en el vídeo no es mala del todo. Solo le pondría la pega de que los conductores de motor, a la hora de salir de la rotonda y coger su correspondiente calle o avenida, empiezan a acelerar sin fijarse si hay pasos de peatones o carriles bici. Hay muchísimas rotondas con pasos de peatones justo a la salida y el riesgo para los que van a pie es bastante.

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  3. El carril exterior me parece muy peligroso por lo que dice Quique, creo que hay que conseguir que el tráfico sea lento en las rotondas, en muchas de ellas hay un límite de 30 que si se cumpliera las haría seguras pero como nadie respeta los límites las rotondas son lo más parecido a un circuito de carreras.Que trabaje la policía!

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  4. Las rotondas son un peligro, tanto para ciclistas como para automovilistas. Antes, con los semáforos de toda la vida, sabías al menos a qué atenerte. Además, para los que llevamos más de treinta años conduciendo, que tenemos el reflejo de la preferencia del que viene por la derecha, nos ha significado "cambiarnos el chip", pues ahora la preferencia es del que viene por la izquierda, o sea, del que está previamente incorporado a la rotonda. Y algunos no lo han asimilado aún. Lo dicho, un peligro.

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  5. Como ciclistas que sois en vuestra gran mayoría, me gustaría saber vuestra opinión sobre el nuevo trazado de la BI-2120 con la inclusión de nada menos que 7 rotondas en una distancia de 3.5km. Eso sí, con la construcción en paralelo de la carretera de carril bici y acera. La explicación que dan en la Diputación de Obras Públicas es la de mejora de la seguridad vial, en mi entender como usuario de dicha carretera innecesariamente dado que hasta el momento no he sabido de ningún caso de accidente en una carretera con gran tránsito ciclista y gran convivencia con los turismos. Espero opiniones...

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