Mucha gente reserva la bici sólo para sus paseos
dominicales. Se equipan con sus cascos, con su ropa sport y sus bicicletas
relucientes y salen en familia a pedalear. Circulan normalmente en formación
por carriles bici, por paseos y zonas peatonales y por aceras, por muchas
aceras. Resulta comprensible. La mayoría no sabe andar, sólo mantener el
equilibrio y muchos no tienen seguridad al manejarse en bicicleta.
Estos paseos mañaneros son saludables. Ayudan a entender lo
práctica que es la bici, lo que se avanza con ella fácilmente, lo divertida que
es y lo que nos activa. También ayudan a entender el entorno y las distintas
situaciones que se pueden suceder a bordo de una bici: los riesgos, los
peligros y las amenazas. Las que nos podemos encontrar y las que generamos con
nuestras imprudencias y actitudes.
Hacerlo en familia, además, es más divertido porque pone a los
niños a la altura de sus padres y a estos a la de aquellos. Cada una maneja un
vehículo con las mismas habilidades y las mismas responsabilidades. Esto
resulta especialmente emocionante para los menores, que se ven responsables,
independientes, autónomos, libres y en movimiento y se lo pueden demostrar a
sus padres. Reforzar estos valores proporciona un aprendizaje esencial y genera
unas expectativas ilusionantes a través de la bicicleta.
La pena es que, en la mayoría de los casos, la experiencia
se queda en eso. En un puro paseo acompañados y nada más. Y lo que se transmite
es un poco de miedo, mucho de circulación en espacios peatonales y muy poco de
independencia y de potencial de movilidad. Pero bueno, eso es mejor que nada.
Es suficiente con probar, basta con haber comprobado lo divertido que es. Las
sensaciones que se experimentan son inolvidables y eso es algo que queda
impregnado, una semilla que en algún momento va a renacer, tarde o temprano.
Algunos consejos para pedalear en familia
- Revisar el estado de las bicis antes de salir: frenos, cambios y estado de las ruedas.
- Pensar en recorridos seguros, a la altura de vuestras posibilidades, divertidos y variados.
- Circular de manera respetuosa, sobre todo en zonas peatonales.
- No evitéis algunos tránsitos por la calzada en calles tranquilas y zonas residenciales. Con prudencia pero con decisión.
- Si vais con niños, llevarlos delante, no detrás. Podréis guiarlos, orientarlos y vigilarlos mejor y se sentirán los protagonistas del paseo.
- Bajaros de la bici en aceras y espacios de mucha circulación peatonal.
- Y disfrutar. Llegar con ganas de andar más, sin cansaros en exceso, sin saturaros de bici. Sólo así podréis proponer la siguiente salida o, mejor, descubriréis que serán ellos (los niños) los que la propondrán.
Y luego, estar dispuestos a aceptar el reto de dejar a
vuestros hijos ir en bici solos.
Solo añadiría una cosa a tu excelente articulo, y esta relacionado con la seguridad, tema que preocupa mucho a los padres: equipad todas las bicicletas con una luz trasera y llevarla encendida, sereis visibles a mucha distancia
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