domingo, 22 de mayo de 2011

Contador: el efecto

Presenciamos fechas históricas. La confluencia de eventos importantes es apabullante. Las elecciones municipales y autonómicas coinciden este año con ese levantamiento testimonial que ha protagonizado Democracia real Ya. El final de la Liga de Fútbol española con las etapas reinas del Giro de Italia, ambos especialmente emocionantes. Son días de conteos, de balances, de cruce de datos, de comparaciones estadísticas, de valoraciones y de conclusiones apresuradas. Se abre un panorama lleno de incógnitas, de nuevos escenarios, de consecuencias importantes. Vivimos tiempos frenéticos, emocionantes.

Contador no hay más que uno

Dado el carácter de este blog, me voy a centrar sólo en otra coincidencia simpática, aunque importante, en el mundo de la bicicleta. En los mismos días, en los que el mejor corredor profesional del mundo Alberto Contador domina el Giro de Italia (una de las tres grandes vueltas ciclistas), aunque bajo la sombra de un proceso antidóping, otro contador, esta vez un contador de bicicletas es instalado por el Ayuntamiento de Barcelona para visualizar la masa crítica ciclista que empieza a haber en algunas calles de esa ciudad.

Algo que dicho así puede resultar forzado y casi desafortunado, tiene un trasfondo que lo hace digno de una reflexión.

Alberto Contador hoy en el Giro (Foto: Marca)
En otros tiempos, unos resultados como los de Alberto Contador hubieran generado una euforia colectiva y un seguimiento mediático masivo. Hoy es una noticia secundaria, una mera reseña que pasa inadvertida en medio de la obsesión futbolística. De la misma manera, un contador de ciclistas colocado en una calle de Barcelona, por más céntrica que esta sea y por más capital que sea la ciudad catalana, no pasa de ser una anécdota.

Tratando de contar ciclistas

Los últimos ciclistas que obtuvieron resultados semejantes a los que hoy tiene Contador, provocaron un efecto espectacular en el número de seguidores y tras él en el número de practicantes de ese deporte. Primero Perico Delgado y después Miguel Induráin, no sin sus polémicas en torno a la limpieza de este deporte, supusieron un incremento de ciclistas sin precedentes. Hoy en día Alberto Contador parece un proscrito, cuando su palmarés es, con diferencia, mucho más prometedor que el de cualquiera de sus antecesores.

Contador de bicicletas (Foto de enbici x bcn)
En lo que respecta al contador de ciclistas, que hace unos años hubiera levantado gran expectación al recoger las esperanzas de muchas personas que trataban de demostrar que en una ciudad las bicicletas, aunque pasaran silenciosas y casi inadvertidas, representaban una cantidad digna de ser tenida en consideración en el contexto de una movilidad excesivamente centrada en el automóvil y consolidaban una tendencia incontestable, hoy en día no es más que otro elemento decorativo en medio de toda una batería de medidas desenfrenadas que, bajo el denominador común de la bici han distorsionado esa simpleza y naturalidad inherente a este vehículo.

Contador no cuenta...

... cuando todo el mundo mira a Ronaldo, a Nadal o a Alonso, aunque ellos no ganen, igual que un contador de ciclistas en el Passeig de Sant Joan no pinta mucho después del Bicing, el carril bici o el Bicibox en una ciudad saturada de impactos mediáticos relacionados con la bici.

No voy a aventurarme en las causas, pero quizá la misma sospecha desilusionante que rodea al ciclismo de alta competición se esté empezando a apoderar de la gran operación bicicleta que se ha perpetrado en muchas de nuestras ciudades. Creo que hace falta recobrar el sentido común, la naturalidad, volver a enfocar el asunto, creando cultura, trabajando desde las escuelas, recuperando la ilusión y olvidándose de impactos mediáticos interesados, aunque estos se produzcan a nivel planetario.

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