martes, 19 de abril de 2011

Ser o no ser... ciclista ¡ese es el dilema!

¿Lo es?

Existe una obsesión actualmente por tratar de establecer una diferencia suficiente y marcar una frontera entre lo que representa ser "ciclista" o lo que simplemente supone "montar en una bicicleta para desplazarse". Con ello se trata de discriminar al que utiliza la bici como deporte frente al que lo hace como simple vehículo de locomoción. Mucha gente trata de defender tendenciosamente que aquellos que se visten deportivamente no pueden ser comparados ni mezclados con los que no necesitan vestirse de ninguna manera especial para andar en bicicleta.

Esto, que a priori puede ser comprensible, encierra una peligrosa carga de profundidad: dividir a los que conducen la bici en cualquier vía pública por la absurda razón de valorar cuál es la finalidad de su desplazamiento.

¿Qué pasaría si hiciéramos lo mismo con los automovilistas o con los motoristas? 

¿A alguien le parecería normal que se diferenciara a los automovilistas de las personas que conducen automóviles o a los motoristas de las personas que conducen motos? Por supuesto que no. Pero en esto de la bicicleta todo ha de ser distinto, especial y extraordinariamente complicado para ser aceptado.

Lycra vs Tweed

San Francisco Tweed Ride
En este asunto las nuevas tendencias han apostado por denostar el uso de la licra como algo indeseable para el fomento de una bicicleta moderna, actual y atractiva.

Dejarme que dude de la buena intención de esta propuesta que los gurús del "cycle-chic" o del "trendy cycling" defienden a capa y espada. No hay más que ver a gente como Copenhagenize o Amsterdamnize por no mencionar el movimiento Tweed (ese tejido tan británicamente retro) entre otros, haciendo propuestas donde la licra está prohibida y ridiculizando al ciclista deportivo.

Está claro que es útil mostrar una imagen normalizada de la bicicleta que responda a las modas y que recoja las tendencias, pero está más claro aún que dividir a las personas que se desplazan en bicicleta según sus usos es, más que ridículo, contraproducente cuando la masa crítica en nuestras ciudades es más que insuficiente, ya que debilita la fuerza de la bicicleta, que, para defender sus derechos y mejorarlos, debe ser unívoca.

Ya habrá tiempo, si es que en algún momento se alcanzan niveles de uso de la bici superiores al 25% de todos los desplazamientos, para segregar a unos ciclistas de otros, hacer carriles de lentos, de aceleración y todo eso. Hasta entonces, todo esto no sólo está fuera de lugar, sino que fomenta el fratricidio... e interesa a todos menos a los ciclistas.

Ciclista cuando utilices una bici

Igual que peatón cuando vayas andando o automovilista cuando conduzcas un automóvil. Con orgullo, con dignidad, con conciencia, con respeto y con humildad.

Es fácil, dílo conmigo: "Yo soy ciclista, tú eres ciclista, ella es ciclista, él también..." No es más que una circunstancia, no nos etiqueta, no nos encasilla, simplemente nos reconoce unos derechos y unas obligaciones como responsables de la conducción de un vehículo, concreto, con una serie de particularidades y condiciones.

Nada más... y nada menos.

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4 comentarios:

  1. Pues sí, se respira en el aire esa diferenciación entre los que usan la bici como transporte alternativo ecológico y los que la usan como deporte-paseo que luego vete a saber si usarán el coche para ir a todos lados.
    (Aunque ya poniéndonos, también se diferencian los de deporte cañero de los de paseo dominguero)

    Para mí efectivamente hay una gran diferencia. Yo soy de los segundos, y aunque también hago desplazamientos urbanos (cada vez más), no me puedo comparar al que los hace todos los días. Para mí moverme con el tráfico motorizado es un juego, porque lo hago ocasionalmente. Ocasionalmente es divertido, habitualmente, a diario, lo imagino estresante.

    Ciclista sobre la bici, peatón sobre el suelo, conductor, tripulante...

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  2. Yo me siento igual... pero como digo siempre, todo lo que sea promocionar la bici, montar en ella (del grupo que seas), es positivo... si nos discriminamos entre nosotros ¿hacia dónde vamos?.
    Saludos desde Sevilla.

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  3. Si nos discriminamos desde dentro, cabe la posibilidad de que se nos quiera discriminar también desde fuera. Que a alguien se le ocurra decir que los de la lycra pueden utilizar la calzada, mientras que los del tweed, por el contrario, deben circular necesariamente por los carriles bici o incluso por las aceras.

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  4. Primero para mi todos somos ciclistas. Segundo no veo tan acentuado esta fragmentación que dices e incluso veo positivo esa moda del ciclo chic, en el sentido que demuestran que para ir por bici por la ciudad no haca falta ser un ciclista deportivo experimentado e incluso encuentro que son imágenes que sirven para balancear la imagen del ciclista urbano estilo bicimensajero de NY. Además comercialmente creo hay un hueco de mercado para marcas que creen ropa urbana adaptada para el ciclista urbano, A mi me encanta mi ropa de ciclista deportivo pero francamente no es la ropa que me pongo cuando voy a trabajar, al cine o por ahí.

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