domingo, 19 de octubre de 2014

En bici por la acera, no hay manera (crónicas de un infractor)

Constatado. No hay manera de evitar el ventajismo y la intimidación cuando se circula sistemáticamente por las aceras a bordo de una bicicleta. Se puede conseguir ser cortés y paciente una vez, dos, unas cuantas, pero cuando la cosa se repite y se hace habitual, sale lo mejor de nosotros. Entonces llega el "disculpa" después de haber pasado rozando, el "ring ring" para conseguir que los caminantes estén avisados de vas a pasar como una exhalación, las velocidades crucero prohibitivas, las maniobras casi temerarias para ganar la mano en un paso de peatones...

Todo está justificado por la sempiterna prisa, esa que parece que dé más razón al más rápido y que perjudique siempre al más lento. En las aceras, y más en hora punta, esto es la norma y lo demás son excepciones.


En las aceras la prepotencia se mide, por lo general, en kilómetros hora, en masa movida y en la arrogancia que es consustancial a esas magnitudes agregadas. Negarlo es no querer enfrentarse a la realidad, no haberla observado o mirarla desde el manillar y a pedales. Incluso los ciclistas más modélicos pierden el tono cuando en un mini-sprint o en dos golpes de pedal pueden ganar la posición en una situación embarazosa.

Todo es comprensible, pero eso no lo hace disculpable y mucho menos sostenible. El problema sigue ahí y, cuantos más ciclistas hay, más grave es. Porque las velocidades relativas, las distancias de seguridad, los radios de giro, las trayectorias inerciales hacen que la convivencia en el mismo espacio entre gente que camina y gente que monta en bici sea imposible.


¡Claro que hay gente respetuosa en las aceras! Y gente que es capaz de apearse de la bici, pero son los menos y su excepcionalidad no hace más que confirmar la regla.

Para resolver este mal endémico, son muchos los que abogan por la educación vial, por el recordatorio del respeto debido y la prioridad obligada. No está mal. Pero hay que ser conscientes de que el alcance de las campañas, los cursos y los avisos no logran llegar más que a una mínima parte de una población saturada de mensajes y aburrida de adoctrinamiento y muchas veces no son suficientes para cambiar estas actitudes. Habría que trabajar de una manera unívoca, conjunta y permanente para darle la vuelta a esta tendencia que sigue ganando adeptos en la Ciudad de los Coches, esa que deja alegremente que los más débiles peleen sin cuartel para seguir beneficiando al más poderoso.

Lo cierto es que, incluso tratando de ser exquisitos, la prisa nos obliga y nos empuja a correr y a acelerar y la bici corre y acelera y si lo hace en las aceras lo hace contra los peatones. Los que vivimos en ciudades donde la circulación ciclista por aceras está masificada lo presenciamos a diario, cada hora, en cada momento. Y no, no depende de la edad, del género, de la raza ni de la condición social. Aquí lo hacen todos y de todos los pelajes.

Y digo todo esto porque lo he intentado.

7 comentarios:

  1. Yo el problema de las bicicletas por las aceras, no creo que sea un problema, siempre que se entienda que circular por ellas se deba hacer con respeto hacia los peatones y eso supone a circular casi al mismo ritmo que ellos, todo lo demás esta de sobras, ya que no pueden tener la velocidad que tiene un ciclista y se asustan con motivo .Circular como os de la gana, pero recordar que pedimos el mismo respeto desde las bicicletas en las calzadas.

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  2. Si los ciclistas no pueden comportarse como personas civilizadas ante los peatones, el mismo criterio es aplicable a los conductores respecto a los ciclistas.

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  3. This is the question, my friends, this is the f******* question.

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  4. Un buen galletón al individuo ese y se le quitan las ganas de ir por la acera de por vida.

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  5. Vaya artículo... el problema no es que haya más ciclistas, ni ciclistas en general, el problema es que las ciudades están echas para los coches, y la mayoría de ciclistas se sienten desprotegidos en el arcén.

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  6. Si existiera carril bici en toda la ciudad, no tendríamos este problema...

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