- Ya tenía ganas de visitar una tienda para vegetarianos - comentaba el otro día un honorable visitante en nuestro garito. Un representante de una de las más prestigiosas marcar de nuestro universo ciclista cercano que vino a espiar con tarjeta de visita. Todo un bicitante.
- Tratar de vender bicicletas y accesorios para el ciclismo urbano en tiendas de bicis deportivas es como vender lechugas en una carnicería.
Interesante analogía.
Se molestan. Los ciclistas urbanos y los deportivos. Al menos, como consumidores. De hecho, no se sienten identificados por más que ambos anden en bici. No tienen nada que ver. Incluso siendo las mismas personas, son facetas aisladas, una suerte de Dr.Jekyll y Mr.Hyde. Distintas actitudes, distintos objetivos, distintas necesidades, que requieren un trato diferenciado. Ni mejores ni peores, distintos.
Hay todavía mucha gente que sigue sorprendiéndose de que haya establecimientos especializados en la bicicleta como medio de locomoción y como medio de transporte incluso en ciudades tan bien surtidas de tiendas de bicis como Pamplona (probablemente la ciudad con mejores tiendas de bicis de todo el mundo por habitante).
Las propias marcas de bicicletas, las fuertes, las poderosas, se encuentran con este problema, con esta disquisición. Es difícil vender comida para vegetarianos en una carnicería. Aunque haya voluntad. Simplemente porque el cliente no se siente identificado, no se siente comprendido por el vendedor. No pasa nada más.
Por eso surgen como setas establecimientos especializados en algo que para las grandes tiendas no pasa de ser una sección más o menos marginal.
las mejores tiendas del mundo de bicis en Pamplona habra no lo pongo en duda, eso sí el otro día en una super tienda me cobrarón 13 euros un pinchazo argumentando que se habían pasado tres horas montando la rueda. Vender bicis sí pero el taller un 0.
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