Hace
unos días una chica, después de haber estado echando un vistazo a unas cuantas
bicis, me hacía una pregunta comprometida.
- ¿Por qué en esta ciudad las
bicicletas andan por las aceras?
Buena
pregunta, sin duda. Evidente pero buena. Más para un ciudadano que pelea por
que eso no sea así. Más en una ciudad donde la cosa reviste una gravedad
inquietante.
La
respuesta, como cabe imaginar, fue contundente:
- Pues porque ha habido demasiada
gente interesada en que eso suceda así.
Estaba
dispuesto a dejarlo ahí, ya son demasiadas conversaciones, demasiadas
explicaciones, pero a ella no le pareció suficiente.
- Ya, es que yo vengo de otra
ciudad y allí la gente anda por la carretera…
Tentado
por indagar su procedencia, me contuve y me callé. Pero ella prosiguió.
- … y esto me parece una locura, y
un atropello para los peatones ¿a ti no?
Aquí es
donde ya no pude evitarlo y desaté mi demonio particular. El falso fomento de la
movilidad sostenible, la difusión interesada del miedo al tráfico, las "facilidades" habilitadas invariablemente en plataformas peatonales, la bicicleta instrumentalizada y desnaturalizada a
capricho de políticos pusilánimes y populistas, la indolencia general, la
colaboración necesaria de las asociaciones cívicas irresponsables, la estupidez
colectiva… nada nuevo.
La cosa
no nos llevó más de un par de minutos o tres pero fue intensa y, por qué no,
interesante. Al final, la chica se despidió diciendo:
- Así la bicicleta no funciona… y,
por cierto, tenéis una tienda muy chula. De verdad.
De
acuerdo en todo, pensé en un ataque de falsa modestia, pero la cabeza no dejó
de hervirme.
¿Qué va a pasar ahora?
Pensé.
Ahora que habéis conseguido echar literalmente a las bicicletas de la calzada,
deslegitimar a los ciclistas que aún nos empeñamos en circular por ella como si
fuera peligroso y hasta antinatural, empoderar más todavía al coche, como si
hiciera falta, ¿ahora qué?
¿Qué va
a pasar ahora que cada vez hay más personas andando en bicicleta por las
aceras? ¿Qué va a pasar con la escalada de violencia vial que se está
produciendo de un tiempo a esta parte en las plataformas peatonales? ¿Qué va a
pasar con esos espacios de naturaleza anárquica y calmada ahora que han sido
sistemáticamente invadidos por las bicis, y muchas veces con actitudes
chulescas?
No
tengo respuesta para todas estas preguntas, pero me temo que tampoco la tienen
quienes tienen el mandato de velar por el interés común de la ciudadanía, sean
electos o autoproclamados.
Lo que
sigue turbando mi mente calenturienta es la sospecha de que todo esto, que
visto desde fuera parece una deriva incontrolada, responde a una estrategia perfectamente
pergeñada y orquestada desde los poderes fácticos, esos que operan desde la
sombra pero que mandan más que los que salen en los periódicos.
¿De qué ciudad venía ella? Porque vamos, incluso en Madrid, donde se ven más bicis por la calzada, a nadie le extraña ver bicis en la acera...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con ella, también en lo de la tienda
Depende de qué ciudad; de que sea más o menos avanzada-Humanizada. A más prepotencia del automovíl (sus intereses, lobbies-políticos; absurdos GASTOS en planes PIVE...), más "heroicidad", del que va en bici por la calzada jugándosela... Gracias por el blog. Estupendo y adelante en bici¡¡ :))
ResponderEliminarBueno, no creo q Pamplona sea precisamente la ciudad más terrorífica del mundo...
ResponderEliminary a gastarse 266.000 por km de carril bici (Datos de andalucía) y sacar tajada... así nos va.
ResponderEliminarTodo esto es el resultado de permitir gestionar temas a irresponsables.
ResponderEliminarYo me pregunto si en alguna otra ciudad hay tantos y tantos kilómetros de "aceras bici" como puede haber en esta ciudad, que ya sabemos que lo hicieron para cubrir el expediente e hinchar los kilómetros ciclables y ¿seguros? para las bicicletas. Todo sea por cobrar la subvención de Europa, y no volver a gastarse un solo euro en repintar aquello que en su día fué pintado a bombo y platillo.
ResponderEliminarPocas, pocas.
EliminarPero bueno, al menos las aceras bici, en la mayoría de los casos, son meras lineas pintadas; no se han hecho grandes inversiones.
Si algún día cambia el "paradigma ciclista", no se habrá perdido tanto