Durante la última década, hemos presenciado impávidos el desarrollo, consumación sería más propio, de toda una serie de intervenciones cuya finalidad se nos ha convencido que es la de fomentar el uso de la bicicleta en espacios urbanos. Así hemos visto como muchas aceras han sido invadidas, por ampliación o por redistribución del espacio, canalizando la circulación ciclista e invitando a las personas a que anduvieran en bicicleta por ellas o por carreteritas exclusivas, apartándolas del tráfico rodado para defenderles del peligro de sus convecinos, una partida de conductores desalmados dispuestos a ponerles en peligro o incluso a acabar con sus vidas. Puro determinismo.
Así, además de las vías o marcas ciclistas (a veces basta con pintar), los aparcabicis, esas ridículas estructuras metálicas que sirven para abandonar la bicicleta en la calle, también se implementaron en las aceras, a costa, otra vez, de recortar el espacio, la comodidad y la seguridad de los peatones y siempre en aras del bien común, que no es otro que el derecho inalienable e indiscutible de los que utilizan el coche de hacerlo con todo tipo de facilidades, derechos y privilegios. También se habilitaron servicios de bicicletas públicas, que han ido acabando de colapsar las aceras de ciclistas. Misión cumplida: el tráfico vuelve a fluir.
Pero ¿y si todo este proceso tuviera como puntilla tratar de eliminar a los infelices ciclistas del escenario urbano por resultar inconvenientes en este orden establecido? ¿Y si todas estas maniobras que han parecido improvisadas, resulta que han sido concebidas magistralmente para llegar a este punto sin retorno por unas mentes maquiavélicas al servicio de intereses dicotómicos que quisieran reducir las alternativas de movilidad urbana al binomio coche-peatón?
Dejarme ser malpensado.
Las teorías conspiranoicas son para cerebros débiles que no son capaces de hacer frente a al realidad.
ResponderEliminarLa realidad es que si te vas a dar una vuelta por Barcelona o Sevilla, hay bicis por todos lados. Hace 10 años no.
Relájate un poco Eneko, ve a dar una vuelta en bici o algo.