domingo, 30 de octubre de 2011

Sembrando alternativas a la movilidad

El otro día en el marco de un taller sobre movilidad y bicicletas con un grupo de jóvenes en un centro educativo del centro de mi ciudad y después de haber charlado durante casi una hora de las cuestiones concernientes a esto de andar en bicicleta por ciudades pensadas para los coches, lancé a mis atentos interlocutores la pregunta del millón:

- ¿Qué dirían vuestros padres si les propusierais venir al colegio en bicicleta?

La respuesta fue casi unánime:

- Nos dirían a ver si nos hemos vuelto locos. 

Rotundo. Demoledor. Aunque en absoluto sorprendente. Si no ¿qué sentido tendría hacer este tipo de talleres para tratar de explicar que esto de la bici, además de fácil y efectivo, es conveniente y puede ayudar a cambiar algunas cosas a nuestro alrededor de una manera realmente divertida?


Parece descabellado tratar de contradecir a la mayoría aplastante de automovilistas, a toda una cultura creada alrededor del coche, a toda una serie de intereses que la alimentan y la agrandan, a toda una serie de vicios adquiridos y muy difíciles de contrarrestar que todos asumimos como algo incuestionable o, en el mejor de los casos, como un mal necesario, inevitable.

Parece ilógico contradecir a la mayoría y, sin embargo, cada vez que nos toca charlar con las generaciones venideras de los problemas que genera el estilo de vida dependiente del coche, de las posibilidades de la bicicleta en la ciudad, de la oportunidad que tienen ellos mismos de utilizarla de una manera lógica, razonable, respetuosa y digna, de su necesario protagonismo para cambiar las cosas, un brillo emocionado asoma en sus ojos. Y cada vez que les enseñamos en tan solo una hora los fundamentos del mantenimiento y ajuste básico de la bicicleta, no pueden reprimir sus comentarios ilusionados, sus risas nerviosas ante el descubrimiento de tanta simplicidad a su alcance.

Esa ilusión, esa intensidad es la que nos anima a creer que nuestra locura, porque está claro que contradecir a la mayoría y tratar de defender con entusiasmo otra lógica es sin lugar a dudas una especie de locura, es útil porque cala, porque aporta, porque propone retos, porque despierta interés, porque levanta incertidumbres y plantea cuestiones y porque pone en canción a los que, en menos de lo que pensamos, tendrán necesariamente la batuta y marcarán el ritmo de todo esto.. Seguiremos en ello hasta que haga falta y ojalá que no sean muchos años. Llamarme iluso, pero creo que va a hacer falta menos de lo que muchos presuponen.

3 comentarios:

  1. Hay una fuerza determinante llamada ilusión, con naturaleza de perdurar, y que si nos levanta cada mañana la estancia en el futuro nos resulta mucho más acogedora. El otro día estrenaron la película "El niño y la bicicleta" y, sin verla todavía, sospechando que la bicicleta no alimenta del todo el espíritu de la misma (siendo aún muy importante) nos reitera la comunión entre infancia y bici,invitándonos a volver la mirada a los años que pasaron veloces hace no mucho tiempo, y que quizás se nos hacen más próximos en el tiempo precisamente por eso, por tejerse sobre dos ruedas mecidas al viento y al cariño que destilaba la velocidad y el juego sobre nosotros.Identificaciones claras:felicidad práctica-bicicleta-infancia-futuro-alegría-ilusión-memoria-lógica-y nuestro trabajo abastecedor de novedades tan próximas a nuestros días que nos definimos afortunados por seguir proyectando optimismo y una "nueva" forma (pues no es nueva, sino postergada porel uso indiscriminado del coche)de tránsito urbano que remite a otros elementos cuasi oníricos, de los de antes de ser aún jóvenes en los que, quizás, todo iba más sobre dos ruedas. Felicidades

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  2. La respuesta unánime de "os habéis vuelto locos", sería la misma si la pregunta a sus padres hubiera sido "¿Qué os parece si voy conduciendo el coche para ir al cole?"

    Evidentemente, si los niños como los padres no saben cómo conducir una bici o cualquier otro vehículo, es descabellada la pregunta de "¿por qué no vienes con tal o cual vehículo?"

    Creo que caes en el mismo error de tratar de promocionar la bici, si o si. Quizá, otra pregunta podría haber sido "¿Como venís al cole?" Y seguramente, la absoluta mayoría respondería que "Andando" o en "bus" y unos pocos los traen en coche porque de camino sus padres van a trabajar a bastantes kilómetros de distancia, no saben conducir una bici con autonomía por la calzada, no hay buena combinación para ir en bus o tiene una zona de aparcamiento reservada para su coche. Y una minoría mayor sería aquel padre que simplemente, ama su coche y no lo abandonará jamás.

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  3. Querido Juan Carlos I,

    Te equivocas en tu planteamiento al tratar de enjuiciar la intención de la pregunta. Los talleres van dirigidos a chicos y chicas de secundaria, esto es, de más de 12 años. Muchos de ellos, la mayoría, utiliza la bicicleta aunque sea ocasionalmente para desplazarse de manera autónoma por la ciudad. De hecho, en muchos centros, en los que cuentan con aparcamientos protegidos hay una minoría considerable que va en bici todos los días. Simplemente se trata de poner en valor la bicicleta para desplazamientos más allá del ocio. Además son talleres de promoción del uso de la bici. Están planteados así.

    El ejemplo que pones del coche es simplemente ridículo. Por suerte, para conducir una bicicleta no hace falta esperar a la mayoría de edad y esa precisamente es una oportunidad que no hay que desaprovechar para ponerla en juego.

    Además, no sé por qué algunos os empeñáis en que esto de la bicicleta deba tener una iniciación suficiente y reglada. Una biciescuela está bien para el que lo demande, pero el sentido común funciona muy bien en el 80% de las calles de una ciudad y el instinto de conservación procura soluciones en el resto. Llámame irresponsable, pero generaciones enteras hemos sobrevivido demostrando que no es tan peligroso como lo pintan.

    Por desgracia, la proporción de la gente que va al colegio andando no es tan grande como estimas, y, por supuesto, a esos no se les incentiva a ir en bici, como tampoco se hace a aquellos que por distancia o barreras importantes no pueden hacerlo. Sólo se trata de poner en juego la bici para los que vienen de distancias prudenciales, que son muchos.

    En fin, que esto no es blanco o negro y que la intencionalidad del comentario era que la bici hoy en día no cuenta como opción de transporte.

    Un saludo y gracias por tus aportaciones, siempre tan valiosas.

    Eneko

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