jueves, 23 de junio de 2011

Visiones en el Camino

Ayer dimos por concluída nuestra pequeña aventura por tierras castellano-leonesas siguiendo la ruta milenaria del Camino de Santiago sin pena ni gloria, pero con satisfacción y con la sensación de haber hecho algo emocionante: surcar en bicicleta este mar de lomas y vaguadas, sembrado de pueblos únicos, irrepetibles, que conservan una buena parte de su historia antigua y reciente. Pueblos donde subsisten todavía en pie algunas construcciones hechas en adobe, donde parece que el tiempo se haya detenido, que se pueda repasar, con sus luces y sus sombras, donde el deterioro de las cosas es tan real que acaba siendo estético. Historia, historias, reliquias y despojos. Todo envuelto en una luz mágica, en un ambiente místico, en un aroma añejo.



También hemos visto un par de "facilidades" para ciclistas, fórmulas que simbolizan parches para kilómetros y presuntas vías ciclables que no son más que caminos (aunque otra vez más las señales azules y redondas vuelven a significar obligación y, por tanto, prohibición de circulación por la calzada). Empezamos mal.



Por suerte, hay algunas iniciativas privadas que facilitan de verdad el discurrir de los ciclistas en un Camino pensado para los viandantes.



Todo se andará...

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