lunes, 31 de marzo de 2014

Se perjudica con el ejemplo

Que nuestros políticos viven de espaldas a la realidad que les circunda es algo generalizado. Con excepciones loables y ejemplaridades singulares, la mayoría de los elegidos en las distintas clases políticas todavía no han acabado de enterarse de que se deben a los ciudadanos y no sólo a los que les han votado, y que deben trabajar por demostrar que son acreedores de tan digna misión.

Lo que pasa es que todavía vivimos en la pubertad democrática, pese a que llevamos ya más de 30 años en ello, y no nos acabamos de enterar bien en qué consiste la política, la representatividad, los partidos, los cargos públicos y la responsabilidad que todo ello conlleva, por no hablar de la participación. Por eso nos parecen normales los desplantes, los mutis por el foro, el apoltronamiento, la relajación, la chulería y la indignidad de la mayoría de los que dicen representar a la ciudadanía.

En términos de movilidad pasa lo mismo. Esos que se llenan la boca reclamando derechos de los ciclistas, necesidades peatonales, defensa del transporte público y apologizan sobre la movilidad sostenible, luego se olvidan de todo lo que eso significa cuando tienen que ejercer las obligaciones propias de su cargo, para desplazarse en sus coches, oficiales o no, a la sede de la institución donde desempeñan su labor política, sean Ayuntamientos o Parlamentos.

En Pamplona, la semana pasada denunciaron a unos cuantos concejales por hacer abuso del permiso que el Ayuntamiento les concede para aparcar sus coches ocasionalmente en zonas restringidas para hacer sus mandados. La actuación de la Policía Municipal ha generado mucho revuelo mediático y mucho comentario privado, que ha hecho declararse hasta al Jefe del citado cuerpo para decir que "las denuncias a coches de ediles son ilegales".

El lugar de los hechos (Foto: Diario de Navarra)

Que nuestros políticos, personas ocupadas y estresadas donde las haya, con agendas realmente atiborradas de tareas, actos y trabajo, cuya ubicuidad les obliga a hacer multiplicidad de viajes relámpago utilicen sus coches para hacer viajes puerta a puerta puede estar justificado en ciudades que siguen vendiendo su automovilismo entre propios y extraños. Que hagan abuso de sus prebendas es algo que se ha asumido por todos. Ahora bien, que trate de mantenerse esto ante la denuncia pública es absolutamente inadmisible y que se utilice al Jefe de la Policía Municipal para cargar contra sus propios agentes por su celo en el trabajo, una vergüenza.

Pero lo peor de todo es que los propios políticos encausados, dos del gobierno y dos de la oposición más encarnizada, no hayan hecho acto público de contrición y se hayan disculpado aunque sea simbólicamente ante la población. Que los políticos de la oposición pagaran las multas para retirar sus vehículos y las del gobierno no lo hicieran solo da una idea de hasta dónde llega el descaro.

Estamos en manos de unos cuantos desalmados.

3 comentarios:

  1. Mejor no pagarlas a pagarlas con dinero público, como hace aquí la alcaldesa Rita Barberá.

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  2. En Pamplona tuvimos un concejal de IU que, a finales de la década de los 90, se movía por la ciudad del mismo modo que lo hacía en su vida cotidiana, es decir, en bicicleta. Pero no cundió el ejemplo. Perdón, miento, la ex-alcaldesa gustaba de hacerse fotos en plena campaña electoral montando en bicicleta por el carril bici de la Vuelta del Castillo, o estrenando las bicicletas que el Ayuntamiento compró para que sus trabajadores realizaran los encargos posibles por la ciudad en bicicleta.

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