Esa es la conclusión que se ha extraído entre muchos de nuestros representantes y gestores en muchos ayuntamientos de este país. Así al menos lo expresan los del Ayuntamiento de Santiago de Compostela según escribía La Voz de Galicia este sábado: Las bicicletas no son para esta época. La crisis no permite manejar ideas de este tipo.
De la ciudad ciclabilizada
Cierto. Las bicis han sido, para muchos ayuntamientos, un capricho de los tiempos de las vacas gordas y ahora que tocan las vacas flacas no saben entender cómo enfocar la bicicleta si no es desde el despilfarro. Así muchos de nuestros políticos han clausurado el presupuesto para la bicicleta simplemente porque no son capaces de ver más allá de los sistemas de bicicletas públicas o de los carriles bici, ni de ver que el incremento de usuarios de la bicicleta en la ciudad ya no depende de ellos.
La imagen que acompaña el artículo del rotativo galego es especialmente elocuente. Un ciclista con pintas circulando por una acera angosta flanqueado por un lado por una esbelta y elegante caminante y por el otro por un par de berlinas de lujo. El mensaje subliminal es claro: no tenemos dinero para vosotros, ciclistas desarrapados, pero sí para nosotros.
A la ciudad ciclista
Sin embargo y gracias a dios (o a otros políticos con algo más de recorrido y de perspectiva), hay ayuntamientos donde la cosa se ha enfocado como debería haberse hecho desde un principio, es decir, sentando las bases en la educación.
Así el Ayuntamiento de Hernani ha propuesto un programa para ir "Al instituto en bicicleta", que lo acompaña de unos talleres formativos para aprender a andar por la calzada. Más lento y menos efectista que el ciclismo infraestructural, pero mucho más efectivo y de mayor calado.
Pasando por la ciudad cicleatonal
En otros lugares, donde el tema de la bicicleta ya se ha convertido en un berenjenal, lo que tratan es de ser diplomáticos y de deshacer entuertos con más voluntad que otra cosa, porque el cariz que han tomado los acontecimientos ya es suficientemente enconado y preocupante.
El ejemplo más claro es Zaragoza con su ya larga experiencia de ciclismo de acera y los intentos repetidos de tratar de reconducir el tema de la manera más razonable posible.
La segunda imagen también corresponde a la circulación por la acera, así es que mal empieza el programa del ayuntamiento de Hernani "para ir al instituto en bicicleta", que parece que pones como ejemplo.
ResponderEliminarEso no es una acera Dionisio, es una zona peatonal. Además, y te lo digo por experiencia, cuando vas con un grupo, las explicaciones y los reagrupamientos hay que hacerlos en las aceras y luego incorporarse al tráfico que es más bien lo que parece que está haciendo este grupo.
EliminarEn la primera imagen —al volver a entrar en el blog me he dado cuenta— se advierte un detalle curioso: que tanto la mujer como el cicleatón circulan por su lado izquierdo. Pudo ocurrir que al invadir el ciclista la acera, la mujer ya fuera por su izquierda, y que él, delicadamente, le cediera el paso. Pero también que la mujer fuera por su derecha y al ver al ciclista de acera por el mismo lado, se sintió obligada a apartarse. Yo no lo hubiera hecho: que se aparte él, que encima de invadir la acera, encima de circular por donde no debe, lo hace por su izquierda. O sea que no es que el tipo circulara mal: es que circulaba peor.
ResponderEliminarCada vez estoy más convencido de que salvo donde haya carriles bici en condiciones debemos ir recuperando la calzada.
ResponderEliminarlas bicis son para todos los tiempos, como me gusta a mi la bici.....
ResponderEliminarOs recomiendo esta página, para que propongáis algo: www.sherpandipity.com