martes, 19 de febrero de 2013

La Ley de la Calle, las bicis y las aceras

En España llevamos ya más de dos años de gestación de la revisión de la Ley de la Calle, más conocida como Reglamento General de Circulación, por parte de la máxima autoridad encargada de ordenar cómo nos movemos, que no es otra que la Dirección General de Tráfico, más conocida por su acrónimo DGT. Tan largo se está haciendo que ya empezamos a pensar que este es un hijo no deseado.

Porque la DGT nunca ha estado muy preocupada por las bicicletas. Lo suyo siempre han sido los coches. Ni siquiera con España marcando máximos mundiales en muertes de ciclistas en carretera. Pero llegó un día en que el equipo del clarividente Pere Navarro decidió tomar cartas en el asunto de proteger a los ciclistas y ahí empezaron las cuitas y las alternativas.

Lo que, después de un primer intento fallido de legalizar la circulación de las bicis por las aceras, empezó apuntando bien como una prometedora norma que suavizaba la persecución del ciclista y mejoraba su circulación en la calzada, dando cobertura a situaciones antes no comprendidas, ha ido derivando, igual que el pulso poítico, en algo coercitivo y discriminador de la bicicleta en la lógica circulatoria.

Las aceras se erigen ahora como el punto central en la nueva y controvertida norma, para regocijo de unos e indignación de otros. Parece que la DGT del PP ha decidido poner coto a las aceras y bajo la eterna promesa de querer proteger a los ciclistas noveles, hacer imposible la vida a los peatones y penalizar de manera tácita a los que ya andan en bici de manera normalizada.


Ahora bien, teniendo en cuenta que las aceras siempre han estado vetadas para los ciclistas y que muchos de éstos han decidido ignorar la ley para autoprotegerse y que, de la misma maneral que llevar luces es obligatorio desde la noche de los tiempos, aquí no ha pasado nada por más que se han transgredido estas normas de manera sistemática, ¿por qué ahora estamos tan preocupados con esto de las aceras?

¿Qué pasaría si realmente se consiguiera aprobar la prohibición de la circulación de las bicis por las aceras?

¿Qué nueva policía se iba a a encargar de hacer cumplir esta norma en nuestras ciudades que no lo esté haciendo ya? ¿Qué directriz universal y de obligatorio seguimiento se va a dictar que va a convencer a nuestros agentes de calle de perseguir a los ciclistas de manera implacable? Veremos si todo esto finalmente se aprueba o se renegocia a la baja, pero la pelota vuelve al tejado de donde salió que no es otro que la jurisdicción municipal y ahí en cada pueblo manda un alcalde para bien y para mal.
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¿Y si se decide permitir la circulación de los ciclistas por las aceras?

¿Qué cambiaría cuando ya han sido sistemáticamente invadidas? ¿O es que acaso las aceras van a proteger a los ciclistas en los cruces? Y si, como se está debatiendo, la cosa va a depender de la anchura de las aceras ¿quién se va a encargar de medirlas y denunciar cinta métrica en mano cuando se infrinja la norma?

Por suerte esto no va a depender de ninguno de ellos ya que el crecimiento de la opción ciclista en la movilidad urbana es algo imparable. Esto hace tiempo que no depende de ellos y, como se verá en el futuro, tampoco ellos lo van a poder parar y difícilmente condicionar si no es con la colaboración masiva de los ayuntamientos y, salvo desafortunadas excepciones, nada parece apuntar que esto vaya a ser así.

Lo que falta en nuestra sociedad y, por desgracia, no se va a poder anticipar, es que se imponga el sentido común en la práctica ciclista urbana, ese que, por desgracia insisto, sólo se va a conseguir a costa de un montón de víctimas, sobre todo entre las filas de bicipeatones y alguna que otra entre los viandantes a manos de aquellos. Somos así de tristes y así de incorregibles.

Paciencia.

6 comentarios:

  1. Lo muevo en Ibilbideak http://ibilbideak.euskadi.net/ibilbideak/publication.do?id=792

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  2. Bien acabáis el artículo. Sentido común es lo que hace falta. Si le sumamos la empatía la combinación sería perfecta. Pero ambas virtudes brillan por su ausencia. Un saludo

    http://www.modaypedal.com

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  3. Hola

    la realidad y la legislación son dos cosas muy diferentes..cada una va por su lado

    enhorabuena por el post

    Te dejo un post relacionado

    http://unblogparagenteinquieta.blogspot.com.es/2012/09/sobre-la-bicicleta-en-las-ciudades-y-la.html

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  4. El ciclista respetado en este país todavía es una utopía. Es envidiable el respeto que hay en países como Suecia, donde tanto en el asfalto como en la acera el ciclista es uno más. No se si es cierto pero meses atrás oí que había la intención de poner matrícula a la MTB para que puedan circular por el asfalto (cosa que encuentro absurda).

    Mi blog: http://jserranobi.blogspot.com.es

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  5. Yo no quiero que aquí ocurra como en Suecia. El ciclista en la acera no tiene que ser ni "uno más" ni uno menos: es que no tiene que ser. Lo que empieza a ser una utopía es el peatón por las aceras —¡como un señor!— sin la invasión de las bicicletas. ¡Bicicletas por las aceras, no!

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    1. eso, mejor por la carretera con los coches a 80km por hora... si vas por una acera ancha a una velocidad normal, respetando a los peatones y sin hacer el gili***** no veo el porque no puede ir una bicicleta por la acera.

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