sábado, 25 de febrero de 2012

Ecos, resonancias, perturbaciones y vías ciclistas

Dicen los entendidos en la materia que el cerebro humano trata de conseguir imágenes e ideas conocidas, reconocibles, como la vía más eficiente para agilizar su actividad de una manera placentera. Lo conocido reconforta y ayuda, consolida y fundamenta. Somos seres repetitivos, reiterativos, redundantes. Sólo así conseguimos el mínimo afianzamiento, seguridad para afrontar los retos, las dificultades y las incertidumbres cotidianas. La certeza no es otra cosa que la comprobación de nuestras suposiciones, la confirmación de nuestras tesis, el refuerzo de nuestras opiniones. Somos seres indecisos, inseguros. Es nuestra naturaleza.

Es por eso que tratamos constantemente de buscar quien nos dé la razón, quien nos repita lo que ya sabemos, quien nos dore la píldora, aunque esta sea venenosa. En esto de la bicicleta pasa exactamente lo mismo. Y para conseguirlo internet se ha convertido en un arma realmente efectiva donde encontrar quien argumente lo que decimos sea esto negro o blanco. Siempre encontramos alguien que piensa como nosotros e incluso siempre encontramos alguien que es más extremista y que, sea lo que sea lo que defendamos, lo hace con más vehemencia que nosotros.

Y luego está lo de sacar las consecuencias que a priori uno estaba dispuesto a sacar, independientemente de lo que diga la fuente que se esté consultando, simplemente porque no se tenga la paciencia para leer mucho más que el titular sugerente y un par de párrafos a lo sumo. Nadie indaga, muy poca gente contrasta las informaciones, todos picoteamos en el océano de los enlaces, artículos, noticias, posts y mensajes, sin importarnos demasiado quién los dice, sino mayormente para adornar nuestro discurso con otra entrada más.


¿Las vías ciclistas promocionan el uso de la bici?

Hoy por ejemplo me ha llegado un interesantísimo artículo escrito en Atlantic Cities que preguntaba ¿Las vías ciclistas promocionan el uso de la bici?

La conclusión en una lectura apresurada viendo quién lo comparte es que sí, claro, la presencia de vías ciclistas incrementa el número de ciclistas, independientemente del tipo de vías y del nivel de segregación de las mismas respecto al tráfico motorizado.

Sin embargo, una lectura completa del citado artículo lo que viene a demostrar es que hay estudios que sustentan esta teoría y otros que dicen que las vías ciclistas son prácticamente inocuas cuando se habla de cambio de medio de transporte habitual y realmente no sirven para disuadir del uso del coche.

Estos preceptos, que en sí mismos no son contradictorios, es decir, puede haber más gente que ande en bicicleta sin reducir o incluso incrementándose el número de viajes en medios motorizados, sirven a unos y a otros para promover de forma indefectible o cuestionar de manera determinada la implementación de dichas infraestructuras.

El súmmum de la autocomplacencia es precisamente ese. Que incluso ante ensayos que plantean ambigüedades y que presentan incertidumbres y contradicciones suficientes, haya algunos capaces de extraer conclusiones que reafirmen sus postulados.

Es por eso que, muchas veces, escribir algo más de cuatro líneas no sirve para nada en este cibermundo inmediato, efímero, tendencioso y orientado.

3 comentarios:

  1. Hace unas semanas crucé varios correos con la gente de Copenhagenize, los cuales me dieron unos datos relacionados con tu post:
    - Los ciclistas de Copenhague vienen eran antes peatones y viandantes: hay que animar a los viandantes que se pasen a la bicicleta.
    - Si quieres disminuir el tráfico de coches particulares, hay que tomar medidas directas en esa dirección.
    Luego que haya un trasvase modal de automovilista a ciclista es raro, y lógico por otra parte: un peaton o usuario del trasnporte publico está habituado a moverse con su esfuerzo (caminando), un usuario de su coche particular está acostumbrado a que sea una maquina (el motor de su coche) el que realice el esfuerzo mientras que esta sentado en su sillón y ve el mundo a través de un cristal, como si fuese una pantalla

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    1. Gonzalo,

      No creas todo lo que te cuenten. En Copenhage siempre han tenido una masa ciclista importante y una masa peatonal absolutamente residual. En Amsterdam ocurre lo mismo. No depende de una estrategia maravillosa como la que nos han querido vender, sino más bien de una estructura geográfica y urbanística que lo permite y donde la bici es eficiente, mucho más que caminar.

      Lo segundo, y más importante, es eso que vendes de que para reducir el uso del coche hay que animar a los peatones a coger la bici. No amigo Gonzalo, no. Animar a los peatones a coger la bici es despeatonalizar las calles y yo no sé si tú has tenido la oportunidad de pasear por esas calles ciclistas, es prácticamente imposible.

      No voy a ser yo, aunque viva como tú de esto de la bici, el que promocione eso. Prefiero pasear tranquilo que que más gente vaya en bici.

      Un saludo.

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    2. Creo que me explique mal Eneko, lo que me dijeron claramente es:

      - Si quieres disminuir el uso del coche lo que hay que hacer es retringir su uso. En ningun caso me dijerón que esto conllevase un trasvase de automovilistas a ciclistas, ya que según me contaron la masa de ciclistas se formó de ex-peatones y usuarios del transporte publico.
      - Animar a los viandantes a convertirse en ciclistas es una recomendación de Conpenhaguize, no mía. Ahí coincido contigo, prefiero que se mantenga el reparto modal de peatones a que suba la bicicleta como vehiculo en detrimento de estos últimos.
      - la reflexión sobre que le será más facil a un peaton que a un condcutor pasarse a la bicicleta es mía, y se basa unicamnete en la actitud hacia el 'esfuerzo personal': una persona cuya dinamica diaria es trasladarse de poltrona (casa) a poltrona (silla de trabajo) en una poltrona (asiento de su coche) es menos probable que piense en usar la bicicleta como vehiculo que una persona que se desplaze andando o en trasnporte publico, simplemente por cuestión de habito.

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