lunes, 12 de septiembre de 2011

Irresponsabilidad mortal

Hoy hemos tenido la noticia de la muerte de otro ciclista en la ciudad. No es cuestión de hacer valoraciones simplistas para incurrir en juicios gratuitos antes de conocer las circunstancias exactas del accidente. Lo que considero que merece la pena es hacer una reflexión más general sobre por qué suceden este tipo de infortunios, frutos, más que de la casualidad, de una mezcla de mala suerte e irresponsabilidad.


Por un lado, hay que reflexionar sobre la imprudencia temeraria de muchos ciclistas que circulan de noche, sin luces y por vías rápidas, como es ésta. Muchas veces, además, conduciendo en malas condiciones. Pero esto no nos puede hacer perder la perspectiva sobre el problema central: la configuración general del viario y la accesibilidad (o mejor la inaccesibilidad) de muchos núcleos urbanos y polígonos industriales en algo que no sea un vehículo motorizado (y muchas veces incluso en un de ellos).

Me refiero a esas formas urbanísticas aisladas, a las cuales se accede sólo por una vía rápida, que enlaza en una terrible rotonda o en una salida tipo autopista. En estos lugares, proponerse el viaje en bici es una temeridad, aunque no esté prohibido expresamente y aunque a la persona que se lo proponga le asista todo el derecho. Mucho más cuando, por lo general, los accesos desde estos núcleos en hora punta vienen precedidos por un pequeño colapso que hace a muchos conductores "liberarse" pisando el acelerador. Aunque no sea este el caso, bien conviene recordarlo.

De la conjunción de todas estas irresponsabilidades, es de donde surgen muchos de los accidentes ciclistas en las zonas urbanas y periurbanas. De la imprevisión y de la imprudencia de todos, empezando por los responsables de la ordenación del territorio y de los urbanistas, siguiendo por los vigilantes del cumplimiento de la ley y acabando por los ciclistas y conductores.

No es el primer accidente mortal que se produce en una ronda o circunvalación, ni siquiera es el primero que se cobra una víctima en un ciclista en este preciso tramo en menos de un año. Creo que ya va siendo hora de poner en tela de juicio la eficacia y la eficiencia de este tipo de infraestructuras para resolver los problemas del tráfico, de empezar a cuestionar que la velocidad y el sobredimensionamiento de las vías no son sino el origen de la mayoría de los accidentes, y también merece la pena recordar que el alcohol y las drogas así como la conducción de madrugada son la causa principal de la mortandad juvenil.

Así que, o empezamos a meterle mano a estos asuntos de una vez y priorizamos en la seguridad colectiva, en la accesibilidad y en la permeabilidad del viario para medios no motorizados o, desgraciadamente, nos tendremos que seguir encontrando con este tipo de incidentes que, más que accidentales, habrá que ir pensando en adjudicarles las responsabilidades correspondientes más allá de las atribuibles a los implicados en los mismos.

1 comentario:

  1. Vaya..., esas sí que son pésimas noticias. Está claro que reducir las velocidades habituales de coches y motos, y calmar los modos y los hábitos de esos conductores, tiene que ser una prioridad urgente de los ayuntamientos y de la DGT/Ministerio. Todas las demás medidas pro-bici fracasarán si no se pone coto a esa patente de corso que parecen tener automovilistas y moteros para saltarse los límites de velocidad. Hay que ser pesado sobre ello, insistir a las autoridades, mentalizar a los usuarios motorizados y, por supuesto, concienciar a los ciclistas “oscuros” para que, aun a riesgo de parecer árboles de navidad, se iluminen.

    Actibici Valencia

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