El titular es la excusa para plantear un tema que ya empieza a ser aburrido por repetitivo: la bicicleta se ha convertido en un argumento partidista y electoralista. Es una realidad. Basta con leer cualquier lista de noticias utilizando las palabras clave "inauguración bicicleta" o, sobre todo, "carril bici" y analizar el resultado. Resulta preocupante que la bicicleta, un elemento que nunca debería tener color político, sea tan atractiva que seduzca a la clase política como elemento arrojadizo.
Esta claro que, el simple hecho de que se hable de la bicicleta es sintomático de que, al menos, crea expectativas. Pero el problema de fondo, lo verdaderamente preocupante, no es eso. Es que se esgrima la bicicleta sólo en términos electoralistas y desde perspectivas absolutamente desafortunadas por la falta de juicio y de criterio con que se proponen. Carriles bici, bicicletas públicas, registros de bicicletas, ordenanzas de circulación, fiestas de la bici y toda una batería de iniciativas que incorporan la bici como elemento fundamental pero que se hacen porque es fácil y rentable políticamente.
Porque eso vende y es barato
Esa es la lógica política que desgraciadamente con la que nos ha tocado convivir a los de estas primeras generaciones democráticas en nuestro país. Se hace lo que sirve para acceder o perpetuarse en el poder. Y se hace con criterios comerciales. Hoy en día nuestros electos saben más de marketing social, de gabinetes de prensa y de gestión mediática que de eficiencia en la gestión, organización departamental y dirección estratégica. El asunto político es puro escaparate y las bicicletas quedan decorativas, tienen foto... y además son populistas, demagógicas y limpias. No hay duda. Hay que hacer cualquier lanzamiento de bicicletas. Cualquiera. Además es barato, mucho más barato que inaugurar un pantano, una autovía, un tramo del AVE o una escuela, un centro cívico o un centro de salud.
Inauguración carril bici Dos Hermanas (fuente, Absolut Sevilla) |
Da igual la necesidad, la utilidad o la calidad técnica del proyecto, el caso es hacer algo que se vea. Así el "todo vale" ha echado raíces profundas en nuestro territorio y ha alcanzado tal grado de potencialidad que ha recibido el empujón de múltiples y multimillonarios programas de ayudas públicas para favorecerlo. La chapuza bici es de tal dimensión que ya nadie se para a revisar si hacía falta, si mejora la situación previa o si cumple unos mínimos requisitos de funcionalidad y seguridad, no, simplemente es mejor porque está, y punto. Y ahí caen justos y pecadores, convencidos de que se está construyendo una nueva realidad.
¡Peligro, estamos de campaña!
Fotaza las de Dos Hermanas, echo en falta los chalecos reflectantes,... jejejeje...
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