viernes, 4 de febrero de 2011

Una bicicleta: algo más que un vehículo

Lejos, muy lejos de las disputas respecto a la categoría de la bicicleta y sus derechos y obligaciones como vehículo en las calzadas o en otras plataformas, resulta necesario reflexionar de vez en cuando sobre la utilidad básica de la bicicleta como medio de transporte.

A veces es bueno abstraerse un poco de las batallas diarias para ver si la guerra tiene sentido o si, simplemente, estamos complicando demasiado las cosas y estamos enfrentando perspectivas sin más beneficio que el mero reconocimiento de las posiciones tomadas o las facciones constituidas. Carriles bici, bicicletas públicas, aceras invadidas, bicifestaciones, ordenanzas remodeladas, cripación... hemos conformado un universo demasiado complicado para una herramienta que era sencilla y que ya aportaba utilidad por sí misma: la bicicleta.

Recordemos para que servía:



Así de sencillo. Así de fácil. Este video forma parte de una iniciativa llamada The Bicycle Factory (la Factoría de la Bicicleta), esponsorizada por la división canadiense de Cadbury, la fábrica de chocolate, que ha ideado este proyecto para devolver, de una manera simbólica, al país de donde extrae históricamente el cacao algo de utilidad para que sus jóvenes tengan facilidades de desplazamiento a la escuela y así responder en parte a su compromiso de responsabilidad social.



Sin entrar en valorar el proyecto que, en definitiva, es un concurso en el que, a cambio de enviar unos códigos de barras de los productos de su marca (aunque dicen que no hace falta comprarlos y se pueden simplemente fotocopiar...), la compañía se compromete a fabricar bicicletas utilitarias para enviarlas a Ghana, a razón de una bicicleta por cada 100 códigos de barras. A los ganadores se les premia con un viaje de 10 días a ese país.



Una iniciativa interesante para un mensaje decisivo: la bicicleta es algo más que una bicicleta en Africa... y en cualquier parte del mundo.

1 comentario:

  1. Así es. Estábamos muy bien con nuestras bicis hasta que llegaron los vendedores de humo a ganar dinero ingeniando de qué manera meter infraestructuras... Que nos dejen en paz, que dejen a las bicis tranquilas.

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