Coches vs bicicletas: esta guerra la televisan

Llevamos mucho tiempo viendo cómo se utiliza la imagen de la bicicleta en la publicidad de una manera tendenciosa. Demasiado. Tanto, que nos hemos acabado acostumbrado. Es como ver accidentes de tráfico los telediarios. O terribles imágenes de guerras y hambrunas. O reportajes de violencia doméstica. O ataques callejeros. A nadie le impresiona, a nadie le sorprende. Pierde su efecto.

En el caso de las bicicletas presentadas en anuncios de coches no es así. En este caso el efecto buscado es mucho más subliminal, y no porque la presencia de las bicicletas sea imperceptible, sino por la forma como son presentadas.



La idea central es comparar modos de desplazamiento idóneos y dejar en ridículo a la bicicleta. Es parte de una estrategia, es un contraataque de la poderosísima industria del automóvil contra la indeseada trama de la movilidad sostenible.

¿Ridículo? No tanto. La todopoderosa maquinaria del coche, y más la del coche de lujo debe defender sus opciones y su dominio en todos los medios. No le basta con las carreteras y autopistas, también debe demostrarlo en el medio urbano y hasta en los espacios naturales. Es así. Son los mejores y tienen que hacer ostentación de ello. Intimidando a sus opositores. Con suficiencia. Y para ello han identificado a un enemigo débil, risueño, infeliz. El ciclista. Y se han dedicado a ridiculizarlo. ¿La misión? Clara. Difundir el mensaje: "La verdadera experiencia la tendrás siempre en un coche".



He querido recoger algunos de los anuncios que me han venido a la memoria en los que se visualiza esta relación siempre como una rivalidad, como una guerra. Incluso a la hora de defender las consecuencias ambientales.



Para conseguir su objetivo, la industria automovilística no duda en valerse de escenificaciones idílicas, en ciudades vacías de coches, por centros urbanos de alta calidad que son regalados con la presencia de estos fabulosos vehículos donde sus pasajeros (normalmente es una experiencia reservada exclusivamente al conductor) van relajados, en una burbuja de placer, circulando hacia sus céntricos destinos. Cómodos, tranquilos, relajados. Sensaciones incomparables al estrés, la peligrosidad o la ansiedad que genera andar en bicicleta en una ciudad.



¿Perverso? Sin duda. Es parte de la lógica de la motorización. Una lógica inercial, cultural, social... estructural. Ya lo explica el anuncio, los pasos del aprendizaje humano estan claros:

1. Caminar
2. Andar en bici
3. Conducir

Es un proceso evolutivo. Es inevitable.



Y si todo esto tampoco funciona, siempre queda ridiculizar al ciclista por su estética, por sus trazas, por su indumentaria o por su absurda actitud obstinadamente tonta. Con sus mallas, sus cascos, sus gafas y su parafernalia. Me parecen especialmente significativos estos dos anuncios por diferentes motivos.













Pero yo me quedo con éste. No sé, me produce sensaciones que los demás no llegan a alcanzar. Me parece especialmente estrambótico en todos los sentidos. Y la enumeración de los obstáculos e impedimentos que te puedes encontrar en la carretera, muy significativos.



Si se te ocurre algún otro, no dudes en compartirlo.

(...)

Aportación de Diego: