La nieve, la lluvia, el frío son esos presuntos enemigos de la práctica de la bicicleta. "¿Con este frío y todavía usas la bicicleta?", "¿Te ha pillado la lluvia?" y otras preguntas similares surgen todavía de manera natural entre nuestras personas próximas cuando la meteorología se pone inclemente.
Realmente no es tan grave. No debe serlo porque en países donde la climatología es mucho más adversa, y no hay más que mirar al norte, el frío, la lluvia y la nieve no les hacen dejar sus bicicletas. Basta con equiparse un poco y asunto resuelto.
Es vital para ello contar con unos buenos guardabarros. Buenos, no esas miserias que lucen la mayoría de las bicicletas por estos lares. Buenos significa largos, sobre todo el delantero. Con una largura suficiente para evitar salpicaduras más allá de los pies e incluso con faldones para que ni siquiera los pies se mojen. Tan sencillo. Unas buenas luces y elementos reflectantes nos harán más visibles en medio de las tormentas.
¿Cómo llevar las cosas? Lo mejor unas bolsas impermeables. Yo uso Ortlieb y me olvido del agua.
Luego está lo que te puedes poner en el cuerpo. Básico: guantes, calcetines y bufanda. Evitando la entrada de aire al cuerpo y protegiendo las partes más sensibles al frío (manos, pies y boca) tenemos la batalla ganada. Luego están los chubasqueros, los ponchos, los botines, los pantalones impermeables, las prendas de alto poder calorífico y demás. Pero esto ya es una elección. Depende de a dónde vayamos y qué vayamos a hacer allí. Sobreequiparse para un trayecto corto no tiene sentido. Muchas veces basta con llevar la ropa normal de abrigo y andar con un paraguas o con una capa. Otras veces merecerá más la pena.
Ahora bien, una vez equipados, tenemos que enfrentarnos al estado de las vías y aquí es donde estriba la principal dificultad. Las vías sólo se mantienen y se limpian para el tráfico rodado y esto produce inconvenientes a aquellos que quieren circular por vías ciclistas segregadas y mucho más a los que insisten en hacerlo por las aceras. Los carriles bici normalmente no se limpian (al menos no en esta parte de Europa) y esto provoca que en ellos se acumule todo tipo de elementos: grava, cristales, hojas, nieve y hielo, que los hacen especialmente peligrosos con mal tiempo. Peligrosos, cuando no impracticables. Otra muestra más de dónde se pone el acento y la preocupación entre nuestros responsables: los coches no pueden parar, el resto va así porque quiere. O lo que es lo mismo: los únicos modos de transporte que importan son los motorizados.
¿Donde encontraste un tienda que te vendiera productos de Ortlieb? Me da igual en Pamplona, Gasteiz, Donosti o Bilbao. Voy todos los días a trabajar en bici. Llueva, nieve o hiele (como estos días) y ando con una mochila normal para la ropa del trabajo, la cual se me está rompiendo. Una de estas impermeables me vendría de maravilla.
ResponderEliminarEstoy contigo. El tiempo no tiene por que ser ningún impedimento para hacer 3-5 km en bici por ciudad para ir al trabajo.