Vengo de una intensa charla en la que hemos estado debatiendo sobre las vicisitudes de un pueblo que ha hecho una fabulosa acera bici y que ahora no sabe como regular esta nueva circulación entre sus conciudadanos. El debate ha sido intenso, como cabía esperar. Opiniones encontradas, visceralidad gratuita, autojustificación de los hacedores, reivindicaciones de los usuarios, críticas puntillistas... lo de siempre.
Y todo porque un ayuntamiento bienaventurado ha decidido invertir unos fondos públicos (un buen montón) en dotarse de una red de vías ciclistas para fomentar el uso de la bicicleta. Había que gastarlos y lo han hecho en bicicleta. Bien. Y además han hecho "lo que había que hacer", lo que demanda la gente. De acuerdo. ¿Sobredimensionado? ¿Innecesario? ¿Peligroso? Depende.
El caso es que, una vez más, para fomentar el uso de la bicicleta se ha decidido que lo mejor es segregarla del tráfico rodado y hacer circuitos vistosos y protegidos del mortal tráfico. Aceptable. Aunque esto suponga discriminar extraordinariamente a los peatones y no condicionar en absoluto en tráfico motorizado. Ya no tan aceptable.
Pero lo realmente cuestionable es QUÉ PASA UNA VEZ QUE YA (POR FIN) TENEMOS LOS DESEADOS CARRILES BICI. Este es el problema. Se construye, se implementa, se normativiza ¿y después? A esperar. Esperar que la gente se lance a utilizar la construcción. Como si fuera un juguete en la puerta de un colegio. Se ha asimilado el término fomento a infraestructuras y se ha olvidado qué otras herramientas existen para promocionar el uso de la bicicleta como medio de locomoción. El problema es que a veces no funciona o no se obtiene el resultado deseado.
Y es en este preciso punto donde me ha surgido una cuestión y no me he podido reprimir hacerla:
¿QUE PASARÍA SI TAN SÓLO UN 10% DE LO QUE SE GASTA EN CARRIL BICI O EN BICICLETAS PÚBLICAS SE INVIRTIERA EN CULTURA BICI?
Ya. Es una pregunta demasiado densa para un ayuntamiento. Pero ¿qué pasaría? ¿Qué pasaría si se mantuviera una cierta intensidad de comunicación respecto a lo que realmente se persigue con estas intervenciones? ¿Qué pasaría si se pudiera enseñar a la gente lo fácil que es manejarse con una bicicleta en el tráfico calmado? ¿Y lo fácil que es asegurar la bicicleta? ¿Qué pasaría si se entrara en los colegios a enseñar a los niños a andar en bici y a mantener la misma? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, se gestionaran soluciones colectivas de aparcamiento doméstico para bicicletas? ¿Qué pasaría?
¿Pasaría que los coches dejarían de ser una gran fuente de ingresos de los ayuntamientos? ¿Existe un interés real más allá de utilizar la bici como excusa para crear una nueva infraestructura?
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