Cuando cualquier argumentación o discusión relacionada con la posibilidad de circular en bicicleta por la ciudad nos lleva irremisiblemente al punto de necesitar vías segregadas para poder hacerlo, ¿hablamos de bicicletas?
Cuando la mayoría de los esfuerzos de los de ayuntamientos por hacer la circulación en bicicleta posible en sus ciudades se traducen en contabilizar kilómetros de circuitos bidireccionales en zonas peatonales o en corredores imposibles entre coches aparcados y bordillos de aceras, ¿hablamos de bicicletas?
Cuando una de las inversiones más vistosas y más costosas de muchos ayuntamientos son unos sistemas expendedores y recogedores de bicicletas interconectados en la ciudad para proporcionar a los ciudadanos la ilusión de que su ciudad apuesta por la movilidad sostenible, ¿hablamos de bicicletas?
No. No hablamos de bicicletas sino de operaciones de marketing social interesantes e interesadas.
Hablar de bicicletas es hablar de vehículos en la calzada. Vehículos que cohabitan con los demás y a los que la mejor oportunidad que se les puede dar es condicionar el tráfico de los vehículos a motor. Limitando sus velocidades, su espacio de circulación y sus oportunidades de aparcamiento en zonas céntricas, valiosas o puntos neurálgicos... para hacer las calles más seguras.
Hablar de bicicletas es hablar de inculcar la conciencia de que otra movilidad es posible desde los colegios. En vez de utilizar las bicicletas para simular que conducen coches con la excusa de enseñarles educación vial, nuestros niños deberían aprender a consolidar sus habilidades y ser educados en sus derechos y obligaciones como conductores de vehículos óptimos para la ciudad.
Hablar de bicicletas es hablar de aparcamientos donde dejarlas seguras y a cubierto cuando se va a trabajar, a estudiar, o a cualquier actividad para la que esos aparcabicis que se siembran sin mucho criterio por nuestras ciudades resultan insuficientes. Aparcamientos que también son necesarios en muchas zonas residenciales donde guardar una bici resulta mucho más complicado que guardar un coche.
Hablar de bicicletas, en definitiva, requiere poner en tela de juicio la lógica que nos ha llevado a percibir un miedo, normalmente injustificado, por la excesiva presencia, prioridad y prepotencia que le hemos ido dando a los coches y a sus conductores en nuestras ciudades y que nadie se atreve a moderar.
Así pues, no queremos hablar más de bicicletas si ello no conlleva condicionar el tráfico motorizado en nuestras ciudades, porque si no estaremos hablando de peatones damnificados, despotenciación de la bicicleta como medio de locomoción e incremento de la inseguridad vial. Necesitamos las ciudades para vivirlas y para compartirlas.
Publicado en Diario de Noticias de Navarra el 24-08-2010
Cuando la mayoría de los esfuerzos de los de ayuntamientos por hacer la circulación en bicicleta posible en sus ciudades se traducen en contabilizar kilómetros de circuitos bidireccionales en zonas peatonales o en corredores imposibles entre coches aparcados y bordillos de aceras, ¿hablamos de bicicletas?
Cuando una de las inversiones más vistosas y más costosas de muchos ayuntamientos son unos sistemas expendedores y recogedores de bicicletas interconectados en la ciudad para proporcionar a los ciudadanos la ilusión de que su ciudad apuesta por la movilidad sostenible, ¿hablamos de bicicletas?
No. No hablamos de bicicletas sino de operaciones de marketing social interesantes e interesadas.
Hablar de bicicletas es hablar de vehículos en la calzada. Vehículos que cohabitan con los demás y a los que la mejor oportunidad que se les puede dar es condicionar el tráfico de los vehículos a motor. Limitando sus velocidades, su espacio de circulación y sus oportunidades de aparcamiento en zonas céntricas, valiosas o puntos neurálgicos... para hacer las calles más seguras.
Hablar de bicicletas es hablar de inculcar la conciencia de que otra movilidad es posible desde los colegios. En vez de utilizar las bicicletas para simular que conducen coches con la excusa de enseñarles educación vial, nuestros niños deberían aprender a consolidar sus habilidades y ser educados en sus derechos y obligaciones como conductores de vehículos óptimos para la ciudad.
Hablar de bicicletas es hablar de aparcamientos donde dejarlas seguras y a cubierto cuando se va a trabajar, a estudiar, o a cualquier actividad para la que esos aparcabicis que se siembran sin mucho criterio por nuestras ciudades resultan insuficientes. Aparcamientos que también son necesarios en muchas zonas residenciales donde guardar una bici resulta mucho más complicado que guardar un coche.
Hablar de bicicletas, en definitiva, requiere poner en tela de juicio la lógica que nos ha llevado a percibir un miedo, normalmente injustificado, por la excesiva presencia, prioridad y prepotencia que le hemos ido dando a los coches y a sus conductores en nuestras ciudades y que nadie se atreve a moderar.
Así pues, no queremos hablar más de bicicletas si ello no conlleva condicionar el tráfico motorizado en nuestras ciudades, porque si no estaremos hablando de peatones damnificados, despotenciación de la bicicleta como medio de locomoción e incremento de la inseguridad vial. Necesitamos las ciudades para vivirlas y para compartirlas.
Publicado en Diario de Noticias de Navarra el 24-08-2010
Relativamente de acuerdo. El Ayuntamiento de Sevilla entraría en tus críticas (carriles bici segregados, bidireccionales, alquiler de bicis) y ha conseguido en 3 años un 7% de movilidad ciclista.
ResponderEliminarEstá bien que critiquemos lo que se hace mal (y en Sevilla hay carriles bici de risa), pero los hechos son los que son. No creo que importe mucho qué se hace exactamente y qué no, pero sí que creo que es importante que el gobierno de turno crea que la movilidad ciclista es importante, que haga un plan y que lo implante de golpe.
@eulez Me gustaría saber de dónde han salido esos nuevos ciclistas de Sevilla. ¿Conductores de coches? Permíteme creer que no.
ResponderEliminarLas actuaciones espectaculares suelen tener un precio a largo plazo y si no mira lo que está pasando en Barcelona. Cuando más bicis públicas y más carriles bici tenían resulta que pierden ciclistas y se incrementa su accidentabilidad.
http://bicicletasciudadesviajes.blogspot.com/2010/06/carril-bici.html
¿Sorprendente? No. No es tan fácil ni tan directo. Buscamos menos coches y velocidades más lentas porque necesitamos recuperar las ciudades para vivirlas, no para andar en bici.
Me pregunto cual es la velocidad media de una bici en Sevilla circulando por esos carriles segregados. Estoy seguro de que si tuviese que recorrer la distancia que recorro todos los días por esa infraestructura tardaría el doble de tiempo por lo menos y la bicicleta dejaría de ser práctica para mi para ir al trabajo. ¿Alguien puede aportar dicho dato? La distancia que recorro actualmente a diario son 50Km ida y vuelta.
ResponderEliminar¿Cuándo se podía circular en bicicleta por la calzada sin problemas ni necesidad de vías segregadas? Cuando había pocos vehículos motorizados, hace 40 ó 50 años, según el país.
ResponderEliminarEl caso es que los países con más hábito ciclista son aquellos que hace tiempo apostaron por las vías ciclistas segregadas con medidas de pacificación del tráfico. En estos países se ha urbanizado pensando en estas vías, por lo que su inserción en el paisaje urbano está bastante lograda.
Desafortunadamente, España no fue uno de aquellos países, y ahora se trata de copiar un modelo que es difícilmente aplicable a nuestras ciudades, y que nuestros políticos no entienden pero imitan para salir guapos en sus fotos. Mientras, muchos hacen negocio cosntruyendo infraestructuras inútiles o vendiendo motos a nuestros alcaldes.
Naturalmente, estoy a favor de la pacificación del tráfico y del uso de la calzada por los ciclistas, pero se ha de tener en cuenta que, para maximizar el hábito ciclista también son necesarios carriles segregados en ciertos casos, como en vías arteriales, tratando de evitar su construcción abusiva. No todo el mundo tiene condición suficiente para compartir calzada con los vehículos, yo sí, pero mi madre o tu abuela quizás no. Tampoco sería aconsejable la calzada en caso de desplazar un remolque con la bicicleta (cuando sean legales) para no tener que hacer la compra o llevar a los niños al colegio.
Aplaudo la iniciativa del Plan 30 de Oviedo y Zaragoza porque minimizando el coste económico se adapta la ciudad de nuevo a la bici. Les deseo éxito pero auguro un impacto limitado.
Desapruebo la prohibición del uso de la calzada si hay carril bici, más aún cuando nuestra experiencia en ellos es tan corta y hay tanta chapuza cosntruída.
Te recuerdo que los carriles bici y aceras bici que ponen son a petición de los propios ciclistas. Osea que no hagas como que tú no tienes nada que ver.
ResponderEliminar