sábado, 22 de enero de 2011

La bicicleta blanca

Un tema jodido de tratar. La muerte. La frontera. Desgraciadamente la gente muere. O no. Da más pena el que muere sin culpa, con salud, haciendo lo que quería. Pero es inevitable. La muerte está ahí y es la que nos llena de vida.

¿Cómo tratar a las víctimas? Ese es la clave. Recordar a los que nos dejan tiene sentido. Homenajearlos puede ser comprensible hasta cierto punto. Ahora bien, iconizar su desgracia roza la obscenidad.

Hay un movimiento en muchas partes del mundo que consiste en colocar una bicicleta blanca en aquellos lugares donde un ciclista ha encontrado la muerte en un accidente con un vehículo motorizado. No se analizan las causas, no se trabaja sobre la culpabilidad. No hace falta. Tampoco hace falta que sea precisamente su propia bicicleta la que se exhiba, pero hace falta que sea blanca, que quede visible y que vaya acompañada de un cartel explicativo, con el nombre de la persona fallecida y la fecha del suceso.



¿Siniestro? Absolutamente. Sobrecogedor. Yo he visto algunas y os puedo confesar que son desagradables. Se pueden hacer mejor o peor, pero siempre son impresionantes. Te ayudan a pensar en la fragilidad de los ciclistas en el tráfico, pero, sobre todo, dan miedo. Y de alguna manera lo perpetúan.



Ahora bien, ¿realmente colocando una escultura de muerte se hace algo por resolver el problema de los accidentes en los que se ven involucrados ciclistas?



Yo tuve una bicicleta blanca. Era bonita, me gustaba, le tenía cariño... pero me pesaba demasiado. La tengo en mi recuerdo. Pero no me gustaría que se hubiera utilizado para perpetuar mi muerte, incluso si esta me hubiera sobrevenido conduciéndola.

Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a alguien que ha acabado fatalmente con su vida por culpa de un accidente en el que no ha tenido la culpa es trabajar porque esto no vuelva a suceder, más que amedrentar a toda la población con el espectro de la muerte.

1 comentario:

  1. No sé exactamente qué tipo de objetivo tiene esta iniciativa, será a cosa de cada uno. Pero yo creo que es más bien un homenaje al recuerdo de esa persona fallecida, más que intentar resolver el problema de los accidentes. Es como poner un ramo de flores. Cuando voy por la carretera y los veo, son bonitos pero también me aterra su significado.

    Tanto es así que por lo menos, a ti y a mi nos tienen bien concienciados con esto. Por lo tanto no veo nada mal que, si sirve, se utilice como escultura de concienciación. Además que las bicicletas blancas son muy bonitas, si se pintan y se preparan bien (las flores también).

    Saludos y felicidades por el blog.

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