jueves, 10 de mayo de 2012

Peatonalizaciones condicionadas por las bicis

El Ayuntamiento de Sevilla, entre otros, se ha propuesto limitar el uso indiscriminado de las bicicletas en algunas calles peatonales de la ciudad. La idea, cómo no, no ha sido bien recibida por el colectivo ciclista que ha entendido que se cercena, otra vez más, su libertad de circulación y que se trata de discriminar este modo de movilidad.

Carril (sin) bici (Foto de Francisco Javier Recio, El Mundo)

Pues bien, en muchas calles, como la que da pie a la noticia, las bicicletas juegan un papel decisivo a la hora de condicionar los tránsitos en zonas peatonalizadas y a la hora de preservar el carácter peatonal y relacional, tranquilo y aleatorio, de los que caminan (como deberían de ser, especialmente en estas zonas exclusivas).

Calle Asunción (Sevilla) cortesía de Peatones de Sevilla
No es la única ciudad que tiene problemas con este tipo de zonas. La Ciudad Condal históricamente es otra de las paganas de un estilo de integración de la bicicleta en zonas peatonales que ha generado inseguridad entre los viandantes. El agravio peatonal ya se ha asumido como algo sobrevenido, indeseable, pero demasiado habitual, como explica perfectamente Francesc Arroyo en su blog de El País que titula "Los peatones son un estorbo" (en sus propios espacios, añado). La imagen es ilustrativa.

Andén lateral en Avenida Diagonal de Barcelona (Foto Francesc Arroyo, El País)

En Sevilla, catedral de la invasión institucionalizada de las plataformas peatonales por ciclistas, en una encuesta que se realizó sobre el uso de la bicicleta, los ciclistas (cicleatones) declaraban que el principal problema que se encontraban en la ciudad para andar en bici eran precisamente los peatones. ¡Normal!

Sin embargo, cuando se les pregunta, los ciclistas no se ven peligrosos para los peatones, tan sólo una minoría casi despreciable lo asume (apenas un 1,4%, según el Barómetro de la Bicicleta de 2011)

En algunas ciudades, se proponen lograr el entendimiento entre los distintos usuarios de las calles, tratando de mejorar la convivencia en las distintas plataformas, pero ilustran la noticia con una imagen de la típica pseudo-infraestructura ciclista perpetrada en un espacio peatonal, que no hace sino poner en juego el libre albedrío de los viandantes en dicho espacio. ¿Sirve buscar el entendimiento ante deficiencias tan flagrantes como estas o sólo servirá para legitimarlas?

Fotografía de Jorge Muñoz en el Diario de Noticias de Alava

Los ejemplos son, por desgracia, múltiples, repetidos en diversos sitios, siempre con el mismo resultado: ciclistas que interpretan estas "facilidades" como un derecho de circulación normalizada y peatones invariablemente agredidos y discriminados.

Donostia, como en muchas otras cosas relacionadas con la ciclabilidad, tiene ejemplos de ello también. Esta sacada del Street View de Google es una de ellas. Con ciclista, peatones "marginados" y señal indicativa con su bici correspondiente aparcada irregularmente y en la que puede verse la proporción de espacio destinado a peatones y ciclistas y esa recomendación de no sobrepasar la velocidad de ¡5 kilómetros por hora! 

¿Alguien ha intentado andar alguna vez en bicicleta a menos de 5 kms/h? Pues enhorabuena. ¿Cuál es la diferencia entre ir montado en bici a menos de 5 kms/h e ir caminando? ¿Qué le pasa a un ciclista cuando se baja de la bici y camina? Si eso es una conquista ciclista, por favor, que alguien me lo explique. Si eso no es un insulto a los peatones, por favor, que me haga saber por qué.


Un ciclista urbano recoge en su post de ayer otro ejemplo precisamente de esta ciudad maravillosa. La foto que lo acompaña es definitiva.  

Acera bici frente al Kursaal en Donostia (Foto de Javier Arias)

Las peatonalizaciones, esa formulación realmente interesante para recuperar espacios en la ciudad para las personas, muchas veces no son exitosas por este tipo de medidas. También suele ser definitiva la influencia que ejercen los accesos a los aparcamientos (públicos o privados). Son cosas que no se piensan suficientemente, que no se planifican, que se hacen "a tontas y a locas".

¿Son entonces los ayuntamientos que restringen el uso de las bicis en zonas peatonalizadas unos irresponsables?

Hemos dedicado mucho espacio en este blog a tratar de hacer ver que a la bicicleta también hay que ponerle limitaciones, sobre todo cuando se pone en juego la seguridad y el uso relacional de los espacios públicos, y son precisamente este tipo de medidas restrictivas las que se proponen. Lo hemos visto en otros países mucho más "desarrollados" en políticas pro-bici que el nuestro, donde obligan a desmontar de la bicicleta en dichas zonas.

Algunos ejemplos de ciudades que limitan el uso de bicicletas en zonas peatonales
Munster
Londres
Dublin
Dusseldorf
Barcelona
No obstante, y para ser justos, no hay que atribuir el mérito de las peatonalizaciones a los que después se presentan como aguerridos defensores de las mismas. Hay que dejar constancia que los mismos que ahora exigen que se preserve y se proteja a los peatones en las zonas peatonalizadas, previamente podían haberse opuesto acérrimamente a dicho proceso peatonalizador. El ejemplo, en la misma Calle Asunción con la que se iniciaba la reflexión de hoy.



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3 comentarios:

  1. Qué triste el artículo de Barcelona: Ahora los carriles-bici están en calzada, invadidos por la carga y descarga y los ciclistas no saben rodear un obstáculo y se van otra vez a la acera.

    Una ventaja tiene lo de hacer las cosas tarde en Madrid: ayuntamiento y ciclistas estamos de acuerdo en no volver a meter las bicis en las zonas peatonales.

    Y un dato: hace un año, alrededor de un 50% de los ciclistas circulaba por la acera de las grandes avenidas. Hoy lo normal es un 20%.

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  2. Gran y necesario blog Eneko. Resido en Rentería y tengo la suerte de tener un precioso bidegorri hasta Arditurri, que suelo utilizar asiduamente. En cuanto a Donosti, es harina de otro costal. Si ya limitar la velocidad a 10 km/h me parece ridículo, no te digo nada con los 5 km/h de la zona del Kursaal. Por no hablar de la puñetera manía que tienen los peatones de circular indiscriminadamente por el carril bici, a pesar de disponer de una acera tres o cuatro veces mas grande al lado. Y encima cuando pasas esquivándoles te miran como las vacas al tren. Mucha afición ciclista y demasiada poca cultura de bici como medio de transporte tenemos aquí.

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  3. Uo soy ciclista, y tengo mucha cultura ciclista... jeje... sin embargo, cuando veo un carril-bici y voy a pie, lo invado con mucha dignidad y orgullo. Circula por la calzada, señor conductor.

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