La industria del automóvil, una vez demostrada su superioridad en todos los terrenos, ha querido ser condescendiente y, buscando el reconocimiento de los demás y su admiración, ha decidido que puede compartir la calzada con sus inferiores, los desprotegidos y ridículos ciclistas. ¿Es una concesión? ¿Un signo de debilidad? No sé. En cualquier caso: ¡Enhorabuena y gracias por el "favor"!
No hay comentarios:
Publicar un comentario