Páginas

sábado, 20 de noviembre de 2010

Al mal tiempo... buena capa

La inmersión en el invierno ha sido repentina. Desde que el pasado 31 de Octubre nos hicieron inexplicablemente volver a cambiar la hora, hemos entrado de golpe en la triste realidad del invierno. Vivimos en un mundo bipolar, extremo y extremista. O blanco o negro. O frío o calor. O todo o nada. Nos gusta, nos da seguridad. Nos ayuda a comprender un mundo complejo. O estás a favor de algo o estás en contra.

Aunque resulte fatigante y fatigoso, aunque se pierda mucha energía para no llegar a ninguna parte. Nos gusta discutir o estar de acuerdo. No podemos pasar sin ello. Leía el otro día un artículo de F.L.Chivite que decía que "La gente quiere oír lo que ya sabe". Y así parece que es. Y nadie se escapa de esta máxima. O casi nadie. Somos ombliguistas y avestrucistas.

El caso es que, en esta parte del planeta biestacional, nos volvemos a enfrentar a la hibernación, y eso nos deja fríos. Nos recluye en nuestros reductos, nos afianza en nuestras sospechas y nos endurece un poco más. Y yo, particularmente, estoy en contra, creo que nos resta vida, calle, ciudad, oportunidades de relacionarnos y de andar a pie o en bici con mayor seguridad.

Pensando así he salido a la calle. El día no invita a nada, llovizna, hace frío. Y sin embargo, me ha sorprendido ver que mucha gente, en contra de todo pronóstico, ha vuelto a salir a la calle... y muchos de ellos lo han hecho a bordo de una bicicleta. Es realmente reconfortante verlos. Tranquilos, seguros. Dan una cara amable a la ciudad. Y lo hacen porque quieren. Y no siguen reglas, pautas, programas ni tendencias. Simplemente lo hacen.

Algo está cambiando a nuestro alrededor... y no me refiero a la reconfiguración de nuestras ciudades. Algo está cambiando que hace que muchas personas, cada vez más, desoigan las recomendaciones oficiales y se atrevan a seguir haciendo las cosas fáciles, así, fáciles. Y no miran al reloj, al cielo ni al calendario. Inteligentes.

Inteligencia tomada en su sentido más etimológico como intellegentia, que proviene del latín intellegere, término compuesto de inter 'entre' y legere 'leer, escoger', por lo que, inteligente es quien sabe leer o escoger. Lo práctico, lo útil, la bicicleta. Bien equipados: guardabarros, luces y una buena capa, o varias... y a la calle, sin miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario